12 de junio de 2015

Volver a la isla Nublar…

No pudimos esperar más para ir a ver el estreno de Jurassic World. Aquí en Francia se estrenaba dos días antes que en España, y decidimos darle una oportunidad a la reapertura del parque temático que una vez soñó el multimillonario John Hammond.

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La película se convierte en una oportunidad para revivir el momento en el que vimos abrirse las puertas de Parque Jurásico por primera vez. Y lo hacemos a través de la mampara impoluta de un futurista monorraíl que atraviesa una puerta que esta vez reza “Jurassic World”.

El viaje en ese monorraíl nos obligará a recordar con no poca nostalgia la primera vez que nos asomamos a esa locura de parque que no había reparado en gastos. No hay elección: el gracioso personaje que representaba la cadena de ADN en la película original aparece en una moderna pantalla táctil; un encargado de seguridad osa llevar una camiseta con el logo del antiguo parque, llevándose así la bronca de la directora de Jurassic World; los niños encuentran el antiguo habitáculo donde estaban los jeeps, el merchandising, los prismáticos “que pesan luego son caros”…

… pero en la isla ya nada es igual

Vaya por delante que la película no figura entre mis aspirantes a película del siglo, ni mucho menos creo que esa sea la intención de los directores y productores. Se trata, seguramente, de una película de aventura y ciencia ficción destinada a entretener; dicho esto, entiendo a quienes consideren un poco excesivo ponerse a hacer una reflexión tan profunda como la que me dispongo a realizar a partir de ella.

Resulta que el recuerdo al que nos obliga el film carece de ciertos elementos que ayudaron a construir una aureola en torno a la película original. No es que esto sea excesivamente grave, puesto que ambas películas pueden entenderse por separado. Sin embargo, sí es un problema cuando la intención de la película es darle una continuidad a lo ocurrido en Jurassic Park hace veinte años.

Los personajes son de una planitud extrema y carecen de cualquier desarrollo emocional a lo largo del film. Se producen diálogos un poco absurdos que nada tienen que ver con la película (¿A qué vienen las lágrimas del crío sobre la posible separación de los padres? Yo he venido a ver dinosaurios, no dramas familiares; alguien debía haberle dicho al guionista si estaba a Rolex o a setas)

Los chistes son a menudo forzados, se producen en momentos en que cortan la tensión cuando ésta llega a producirse mínimamente (¿Alguien puede explicarme ese empeño por hacer pasar por estúpido al único pobre encargado de seguridad que tiene las santas narices de llamar a la directora del parque para contarle que, básicamente, se está yendo todo al carajo?)

En cuanto a los dinosaurios, podemos decir que son una maravilla visual. Pero, ¿no lo eran ya en 1993? Estupendo. Ah, que resulta que ahora hay uno más fuerte que el resto, más “inteligente”, que “mata por el simple gusto de matar” (que puede ser, no digo que no, al fin y al cabo es su guion, ¡sus normas!) Pero además, son capaces de ponerse de acuerdo y negociar la Alianza Jurásica: no sé si les habrá gustado la película o no pero me reconocerán que la escena en la que el Tiranosaurio Rex y el Velociraptor se miran como Tom y Jerry firmando una falsa tregua es lo opuesto a lo que nos hemos imaginado alguna vez de críos como escena jurásica.

Me parece que el desarrollo del guion está “estresado” por dos detalles fundamentales: no hemos tenido tiempo de conocer a los personajes humanos y ya estamos viendo dinosaurios por todas partes: en las estanterías, en las tiendas, en las atracciones, por doquier. Dinosaurios, dinosaurios, dinosaurios. Creo que la explicación de cómo se “hacen” los dinosaurios viene con pinzas; aquellos que no vieron la película original son capaces de creerse que se crean gracias a una app del iPhone, vista la explicación de la directora del parque.

En resumen, a pesar de la intención que la publicidad había hecho por presentar la película como un vínculo entre ésta y la original, existen varios elementos como los que he presentado más arriba que las diferencian y que dejan, en mi opinión, en mucho mejor lugar a la película original.Infomania-Jurassic-Park-007

Eché mucho de menos el grupo de muy diferentes personas que visitaba el parque original y que aportaba muy distintos puntos de vista en cada situación. Los chistes me hicieron reír porque uno está relajado pero luego pensé que habría preferido ironías más sutiles. Salí del cine cansado de tanto correr y preguntándome por qué demonios nos ha entrado esa manía de humanizar a las bestias (sí, ya habréis notado que me llegó al alma la escena final del Tiranosaurio y el Velociraptor)

Y nada más. Jurassic World mira demasiado hacia atrás buscando sorprender como en su día lo hizo Jurassic Park. Y la película, floja, con un final más que mediocre, viene a demostrar que no se puede utilizar una receta de peor calidad esperando obtener el mismo resultado.

Apartado para la música de la película

Jurassic World ofrece una banda sonora mediocre con algunos temas interesantes del siempre original Michael Giaccino. Y sin embargo, John Williams aceptó que usaran su tema para la película.

En 1993, en plena era de desarrollo de los efectos visuales, John Williams compuso la que para mí es una de las mejores oberturas de la historia de la música de cine reciente. La cuerda en directo cuando interpreta esta composición pone los pelos de punta porque es de una belleza singular que tal vez aquellos que saben más de música que yo puedan describir con más técnica que pasión.

Williams dedicó su tema principal a los dinosaurios. Porque de esto va esta película: de dinosaurios. Por eso ese tema sonaba cuando veíamos, por primera vez, aquel enorme Brachiosaurus, y sonaba, entre otros momentos, cuando el Tiranosaurio Rex se peleaba con los Velociraptores y el letrero “Cuando los dinosaurios dominaban la Tierra” caía lentamente, removiéndonos el cuerpo de arriba abajo.

Bien, pues por no sé muy bien qué razón, Jurassic World y Michael Giaccino, o éste último con permiso de John Williams, o no sé quién pero alguien en concreto ha decidido que se podía hacer un copia pega. Que yo respeto mucho el copia-pega, musicalmente hablando se ha hecho muchas veces. Pero demonios… que se podía hacer bien. Que se podía dedicar el tema a los dinosaurios igualmente; pero es que Jurassic World se atreve a dedicar la melodía de John Williams para presentar a los dos hermanos jugando en el tren (guau, un tren -¡PERO ES QUE LO QUE YO QUIERO VER SON DINOSAURIOS!-) y para mostrar la enorme piscina del nuevo parque. Genial.

Todo el inigualable talento musical de la película original a la basura. Y con ello, la mayoría de esperanzas de que la película estuviera a la altura.

"Mirad lo que pienso yo de vuestras Alianzas Jurásicas"

Cualquier tiempo pasado…