Ayer leía la crónica de la gala de los Goya que hacía Carlos Rebato en “ALTI40: La guía del geek”. Se trata del relato que una persona normal y corriente hace sobre lo que anoche se vivió en la madrileña Plaza de Oriente: “Crónica de la Operación Goya, historia de un incrédulo”
Y mientras leía las palabras escritas por Carlos, en una crónica para enmarcar, me estaba viniendo a la memoria un libro electrónico que leí hace bastante tiempo.
En ese libro (11M: Redes para ganar una guerra) se hace un análisis –bastante sesgado- del comportamiento de la sociedad española entre la jornada de los atentados, el 11 de marzo de 2004, y la posterior jornada de elecciones, el 14 de marzo. Se hace un resumen de lo que ocurrió tras las explosiones, los movimientos llevados a cabo por la prensa, las acciones informativas del Gobierno, en fin, se resume todo más o menos en 112 páginas. Hace también un análisis de las nuevas formas de terrorismo, y se centra en el uso de las tecnologías por parte de los ciudadanos para hacer revoluciones y enfrentarse al poder establecido.
Insiste ese libro, una y otra vez, en la poca capacidad que tuvo –o quiso tener- el Gobierno de Aznar para asumir el cambio tecnológico y las nuevas vías a través de las cuales la sociedad puede acceder a la información.
Anoche, en la entrada del Teatro Real, se agrupó un montón de gente para protestar contra algunas de las personalidades que allí se congregaron. Lo hicieron junto a la alfombra roja por la que desfiló, entre otros, nuestra Ministra de Cultura Ángeles González-Sinde.
Algunos acudieron respondiendo a la llamada de Anonymous. Otros, tal como relata Carlos, pasaban por allí, algunos comentaban y seguían su camino, otros decidían quedarse y sumarse a los que allí estaban.
Zapatero ganó las elecciones con alabanzas de sociólogos y politólogos que afirmaban lo bien que había comprendido el PSOE el uso de las nuevas tecnologías por parte de los ciudadanos.
Todos esos expertos han caído en su trampa. El uso de las nuevas tecnologías ha permitido a la sociedad unirse, aunque esta vez no se publicarán libros que lleven por título: “Ley Sinde: Redes para derogar una ley injusta”.
El 11-M nos pudrió como nación, nos dividió como sociedad, nos enfrentó como ciudadanos; y esa no fue más que la cosecha que resultó de la semilla sembrada por los mismos medios y por los mismos comunicadores que tan contentos estaban con el “semeseo” y el “blogueo”.
La Ley Sinde, a diferencia de aquellos atentados que nuestros gobernantes decidieron no dejar investigar como Dios manda, nos une como ciudadanos, nos hace fuertes como sociedad y nos renueva como nación: los españoles no somos idiotas y sabemos cuándo quieren coartarnos las libertades en Internet.
El silencio sobre lo ocurrido a la entrada del Teatro Real es bastante abrumador (los diarios hablan de ello más como una anécdota que como un movimiento realmente relevante; en el ránking del día de Bitácoras, a la hora de publicar este artículo, no aparecen más que dos titulares que hagan referencia a ello) Aun así, el hecho de que anoche, y no otro día, aparecieran multitud de Guy Fawkes en la Plaza de Oriente es sorprendentemente simbólico.
Anoche encajaron unas cuantas piezas de un complicado puzzle mental que no sale de mi cabeza desde una inolvidable mañana de jueves. Para todos esos acomodados en la poltrona del poder, teóricos de la sociología expertos en lo que hacemos y dejamos de hacer, liberales, intelectuales, charlatanes y demás individuos que creen saberlo todo acerca de la sociedad y su comportamiento… Para todos ellos:
no tenia ni idea que habia concentracion fuera del teatro real!
ResponderEliminarYo vi la gala por internet y la gente comentaba que estaban sacando sonidos de silbidos y abucheos a algunos personajes pero nada más!
el tonto ese que se coló me cae menos mal por haberle robado protagonismo a Bardem!xD
me lo lei enterito! :)
muaaaa