Era una ajetreada mañana de miércoles y la redacción de El Profeta estaba que echaba humo.
Al parecer, una de las organizaciones de apoyo a Lord Voldemort, el mago más terrible de todos los tiempos, había enviado a la oficina de aurores una lechuza mensajera con un comunicado en el que afirmaba, por primera vez en la Historia de la Magia, que rechazaba “la violencia realizada por Voldemort y sus mortífagos”.
Marcus Hums terminó su taza de té y dejó el plato de pastas a medias para dirigirse a su oficina.
- ¡Marcus! ¿Te has enterado ya? –le gritó desde su mesita su compañera Laurie.
- Por supuesto, Laurie, esta mañana miles de lechuzas llenaban el cielo… es difícil que una noticia así pase desapercibida.
- Pues espero que tengas todos los detalles bien comprendidos, porque Michael Jones quiere verte en su despacho ahora mismo.
- ¿Michael? ¿A mí? ¿Ahora? ¿Para qué? – el pulso de Marcus se aceleró ante la posibilidad de tener que presentarse en el despacho de su jefe.
- Dice algo así como que necesita escribir un editorial que recoja todos los pormenores del comunicado de la organización paramortífaga… Y te lo advierto: ni se te ocurra nombrar a Albus. –Laurie terminó la frase con una mirada muy seria. – Michael está muy disgustado con la postura que ha mostrado el hasta hoy director de Hogwarts…
- ¡¿Han despedido a Albus?!
- Sí, Marcus, Albus ha sido despedido. – Laurie siguió hablando al contemplar la estupefacta mirada de Marcus- El lunes por la noche tuvo una discusión muy fuerte con uno de los miembros del tribunal del Wizengamot… Sparkles lo vio todo con sus propios ojos. Dice que nunca había visto a Albus así.
- Pero, ¿qué discusión termina con Albus despedido y fuera de Hogwarts?
- Una en la que Paul insistía en la necesidad de abrir El Profeta del martes con una portada a todo color indicando que, por fin, los paramortífagos rechazaban tener relación con Voldemort y sus mortífagos.
“Mientras tanto, Albus repetía una y otra vez que había que confiar en todos aquellos que habían mostrado un auténtico arrepentimiento y condenaban verdaderamente y sin juegos de palabras todo lo que habían hecho por seguir a Voldemort y apoyar su causa en algún momento.
Paul llamó a Sparkles y le ordenó que enviara una lechuza a nuestra redacción indicando que Albus se había mostrado demasiado interesado en que Voldemort y sus mortífagos siguieran existiendo, y le pidió que remarcara la frase siguiente (deberías haberla leído, Marcus, es nuestro periódico): “Albus se ha convertido en un anciano agobiado e incapaz de dejar atrás los tiempos en los que los magos vivíamos aterrorizados. Es hora de dar una nueva oportunidad y dirigir nuestros pasos hacia tiempos mejores. No debemos dejarla pasar, ni debemos permitir que haya obstáculos en este duro camino que nos impidan alcanzar la tranquilidad de nosotros y nuestras familias. Albus no es más que una sombra de lo que era; una sombra senil y cegada por el tradicionalismo, más propio de antiguas épocas de terror que de la actual.”
- Pero Laurie, esto no tiene sentido.
- ¡Marcus! ¡Buenos días… despierta de una vez! – Laurie habló con un tono cargado de sarcasmo - ¿Cuándo son las elecciones a Ministro de Magia?
- Dentro de pocos meses…
- ¿… y no crees que tanto los paramortífagos como los que apoyan al Ministro tienen todo el interés del mundo en aparentar que dirigen sus pasos hacia una paz, sea ésta o no su objetivo? Lee los editoriales del resto de periódicos: “Hay que aprovechar esta oportunidad” “Es el momento de alcanzar una merecida paz” “Los herederos de la magia más conservadora se empeñan en negar lo evidente”…
- Laurie, no puede ser… –la cara de Marcus mostraba ahora el peso de la frustración.
- … sí puede, y la maquinaria ya está en marcha.
“Una maquinaria siniestra que busca convertir a los culpables en víctimas de la incomprensión de los asesinados… una maquinaria que movilizará a miles de personas cuyo único interés ha sido y será siempre rendirse ante Voldemort y ceder a sus chantajes… una maquinaria que terminará con la unión que hasta ahora y durante años de tranquilidad habíamos tenido los magos.”
Marcus oía un ruido extraño.
- Laurie, ¿qué es eso que suena?
“Una maquinaria que nadie será capaz de detener…”. El ruido constante se hacía más fuerte. “Una maquinaria… maquinaria… maquinaria…”
Se despertó como si miles de voces le estuvieran gritando al oído. “A ver si dejo de leer tanto Harry Potter…”. Se levantó de la cama, se dirigió a su mesita y cogió las gafas. Abrió el ordenador y entró en la página de prensa mundial.
A continuación, encendió su móvil y envió un mensaje a todos sus contactos:
“Aunque la mona se vista de Sortu, ‘abertzale’ se queda. Pásalo”
Ciertamente Rowlingniano, pero tiene tintes de tu propio estilo como escritor, ¡like it!
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