Tenía una sábana larguísima preparada para publicar hoy. Había escrito párrafos y párrafos cargados de ideas, pensamientos y reflexiones… Creo que todo sobraba porque se puede resumir para que suene más claro.
La polémica que desató Nacho Vigalondo fue a raíz de unos chistes y comentarios improcedentes en su twitter a finales de enero de 2011:
28 ene 2011, 11:22 pm: ¡Ah, el tweet del holocausto ha sido un detecta-gilipollas de primera!
29 ene 2011, 12:16 am: ¿Cómo se llamaba la película esa de Spielberg? Ah, sí... Parque Judaico.
29 ene 2011, 12:23 am: Cómo se llamaba la película de Spielberg... Ah, sí "A todo gas".
29 ene 2011, 12:28 am: Decoraban las paredes con cuadros de Degas.
29 ene 2011, 12:51 am: "El niño del pijama de rayas se va de marcha"
29 ene 2011, 1:06 am: A ESTE PASO ME VAN A APLICAR LA LEY SCHINDLER #LeySchindler
29 ene 2011, 1:27 am: Cómo era la película de Spielberg... "Anna Frank's Catch me if you Can"
29 ene 2011, 1:44 am: @javizerox @Renacuaja PIDO PERDÓN. Me he propasado, en serio.
29 ene 2011, 3:49 am: Oye, que era broma, eh.
… y podéis seguir a partir de este tweet toda la conversación en el Twitter personal de Nacho Vigalondo.
Sobre comentarios de semejante magnitud, y la polémica que su autor sembró con ellos, sólo tengo que decir cuatro cosas:
- Una: creo que lo mínimo que podía hacer Vigalondo después del revuelo que él solito se buscó era pedir disculpas. Después de meterse en el fregado y tras numerosas explicaciones y justificaciones que no le dan la razón (ni a él ni a los que justifican el sentido del humor con determinadas cosas), por lo menos ha pedido perdón.
- Dos: me parece que todos esos que ponen el grito en el cielo acusando de censuradores (este enlace os llevará a una entrada del blog “thehardmenpath”) a El País y a quienes se han escandalizado por los comentarios de Vigalondo en su twitter, no son más que unos egoístas incapaces de entender que en el mundo aún quedan personas a las que no nos vale cualquier tipo de sentido del humor.
- Tres: no estoy de acuerdo con el siguiente planteamiento: “si yo digo algo y te parece mal, la culpa es tuya”. Y menos aún si hablamos de determinados temas que pueden herir la sensibilidad de las personas.
- Cuatro: por encima de todo lo demás, en este mundo me sobra el humor negro. En serio, cada día puedo menos con él. Me suena frío y carente de gracia, pedante y cruel.
“El cartel”
Un adolescente se paseaba por el pueblo y llegó a la plaza a sentarse en uno de los bancos, junto a la fuente. Siempre le habían dicho que sus chistes hacían mucha gracia y por eso no tenía reparos en contárselos a cualquier desconocido con el que se cruzara.
Así que en esa ocasión, a pesar de ser nuevo en la aldea, no iba a ser menos. Observó tranquilamente a la gente que pasaba hasta que se decidió. Sacó un cartelito que decía:
“Psicópata asesino busca chica para relación corta”
La gente seguía pasando pero poco a poco se iban fijando en el cartel que el joven tenía a sus pies. Unos torcían el gesto pero seguían su camino sin detenerse. Otros esbozaban una ligera sonrisa al ver la cara de complicidad del joven. Al terminar el día, la mayoría de las personas que habían pasado por la plaza se había reído ante el cartel.
Pasaron los años.
El adolescente creció y conoció a una chica de la que se enamoró perdidamente. Se casaron y tuvieron una preciosa hija. Ella creció sana y fuerte, se convirtió en una bella mujer y en una grandísima persona.
Una mañana, la hija no volvió a casa. Sus padres no se preocuparon demasiado hasta que una llamada de la policía despejó todas las dudas. La desgraciada noticia estaba confirmada por varios vecinos.
Pasaron unos meses.
Un día, el padre bajaba a hacer la compra diaria al supermercado. De vuelta a casa alargó su paseo y llegó hasta la plaza del pueblo. En uno de los bancos había un joven que mostraba una sonrisa de suficiencia. El padre se fijó en que algunas personas, al pasar ante el adolescente, sonreían. Se acercó y descubrió que a los pies había un cartel escrito a mano que rezaba lo siguiente:
“Psicópata asesino busca chica para relación corta”
- FIN -
El humor negro es a veces una forma de defensa contra la realidad. No es el caso.
ResponderEliminarDe todas formas, el mejor humor negro es el que uno mismo hace sobre uno mismo. Creo yo.
Hay cosas con las que no se bromea, aunque sea por educacion...
ResponderEliminarYa que no lo publicaste, lo cual es comprensible dada tu postura, he buscado el comentario de marras para poder opinar porque me ha parecido un tema interesante (al menos podrías habernos dejado un link a alguna noticia o algo!).
ResponderEliminarLo primero, dejar claro que me gusta el humor negro. Me encanta el humor negro. Pero sólo desde el punto de vista del humor absurdo, es decir, no me gustan los chistes que pretenden ser graciosos sólo porque son racistas, o sólo porque van contra Irene Villa, etc. Ahora bien, si el chiste es bueno, es bueno, y que sea negro no se lo quita.
Pero soy consciente de que no todo el mundo opina como yo, y de que además hay ciertos temas que pueden ser ofensivos según quien escuche. Especialmente si, por descuido, tocamos algo relacionado con la experiencia personal del otro.
Por eso creo que aquellos que disfrutamos del humor negro tenemos que andar con un poco de cuidado por si acaso.
Dicho esto, calificaría el comentario de Vigalondo "políticamente incorrecto", pero ni de lejos me parece que sea tan fuerte, ni que haya cruzado la raya como para merecer una respuesta así.
¿Que tu padre es paralítico y te han contado un chiste de paralíticos? Vale, te mereces una disculpa, porque han metido la pata. ¿Que alguien cuenta un chiste de negros en el que la única gracia es llamar basura a los negros? Pues vale, esa persona se merece tu desdén. Pero una afirmación tan obviamente absurda como decir que el holocausto fue un montaje, no me parece ni de lejos tan grave ni tan ofensiva.
Y, por favor, señores... estamos en internet. Si nos asustamos por eso, es que no tenemos ni idea de dónde nos estamos metiendo (que nadie le hable a estos mojigatos de 4chan, ¡que piden que vuelva la Inquisición!).
Si alguien me cuenta un chiste despreciable en la calle, puedo enfadarme por contármelo. En twitter, soy yo el que decide seguir a esa persona, es cosa mía si lo leo.
Ahora bien, en el caso concreto de Vigalondo, me parece que podría considerarse una pequeña cagada al ser un personaje público y al soltar la broma fuera de contexto. A mi personalmente ni me agradó ni me desagradó, aunque en otro contexto podría haberla encontrado graciosa. Pero creo que es un incidente sin importancia alguna y al que se le da bombo por armar polémica... cosa que en España nos encanta.
Por cierto, lo del humor negro es muy buen tema para un post, Pichu... me ha gustado. Creo que da para muchas opiniones.
Un saludo,
Adán.
@Superlayo: no es el caso, y los chistes son improcedentes, se mire por donde se mire (no veo a Vigalondo necesitado de evadirse de la cruda realidad del Holocausto Nazi)
ResponderEliminar@Wherynn: estoy totalmente de acuerdo contigo.
@Adán: he tenido en cuenta tu petición y no he colgado "el comentario", sino la mayoría de los que hizo Vigalondo entre el 28 y 29 de enero. Tenía un post mucho más largo y tedioso de leer en el que sí había puesto enlaces... cuando me vino la inspiración para escribir algo más corto y claro, lo hice tan aprisa que no añadí ningún enlace.
Disculpas al respecto.
Estoy seguro de que has leído los comentarios de Vigalondo en su propio twitter. Al leer tu frase (si me permites parafrasearte) "ni de lejos me parece que sea tan fuerte, ni que haya cruzado la raya como para merecer una respuesta así" me he acordado de una de las macabras bromas de Vigalondo: "Bueno, zanjemos este tema, que tampoco da para mucho más. Además echan en la tele una de Spielberg... "Encuentros en la tercera fosa"
Eso es pasarse de la raya: tener la oportunidad de pensar lo que uno escribe y, después de amagar avisando del final de la broma, contraatacar con esa impresentable vacilada.
Ojalá la cosa hubiera terminado en que "¡El Holocausto fue un montaje!", porque en ese momento todo conservaba su cauce. Pero se salió de madre, porque su autor, Vigalondo, decidió que se saliese.
Hoy en día se nos llena la boca afirmando que Internet se ha convertido en una herramienta de comunicación fundamental. Y estoy de acuerdo. Por eso creo que es normal que este tipo de cosas ocurran, en un contexto donde las palabras circulan (casi) a más velocidad de la que empleamos para pensarlas. Cuando algo parece mal (y es comprensible que parezca, no estamos hablando de que ayer abrí un post en el que ponía a caldo el juego del Madrid), o se frena a tiempo o terminan sucediendo cosas como esta.
"Pero creo que es un incidente sin importancia alguna y al que se le da bombo por armar polémica... cosa que en España nos encanta." Estoy de acuerdo. Con matices.
¿Y qué tiene importancia ahora mismo? Ah, sí, el paro.
En 2007 y 2008 se hacían muchos chistes al respecto.
"Por cierto, lo del humor negro es muy buen tema para un post, Pichu... me ha gustado. Creo que da para muchas opiniones." Gracias a tí por comentar... he dado una de las "réplicas" más largas de los últimos tiempos.
¡Un saludo a todos!
Apelo a mi desinformación. El hecho de que intentara seguir la broma no le deja en muy buen lugar...
ResponderEliminarY sí, me estoy dando cuenta de que menuda biblia de comentario he metido... pero eso es mérito del autor que supo sacar un buen tema! :)
Supongo que sólo quería romper una lanza a favor del humor negro, que para merecer la pena tiene como requisito imprescindible partir del absurdo. Y, como dice Pelayo, hay que empezar por hacer humor sobre uno mismo.
Un saludo!
Adán.
@Adán: no problem. Me alegro de que al ver el resto de comentarios tu reacción no fuera la de muchos otros.
ResponderEliminarY mientras el humor negro se haga de una manera respetuosa (¿se puede? Que hablen los expertos, seguro que sí) no será mi favorito pero podré tolerarlo.
¡Un saludo!