Repito la pregunta que hice hace unos días: Y todo esto, ¿para qué?
Foto: Retazos
Creo que el hecho de que en las concentraciones haya gente de todas las edades y todos los colores es algo que le da un aire romántico a todo esto. Quién no ha querido vivir algo así, juntarse con mucha gente y “revolucionar” el panorama. Eso está muy bien, pero para que funcione de verdad y las quejas lleguen a algo, hace falta algo “más”. ¿Cómo se va a hacer lo que se quiere, cómo se va a cambiar lo que se quiere cambiar?
Desde mi punto de vista, me siento identificado con los acampados en tres puntos fundamentales:
- La crisis económica y el paro: hay un responsable que no debe quedar exento de culpa y marcharse de rositas. Ese responsable está en la Moncloa y debería pagar por dejarnos en estas condiciones.
- La Ley Sinde: una ley que no convencía a nadie y que fue impulsada por la ministra González Sinde, votada a favor por el PSOE, e incomprensiblemente apoyada por dos partidos más, CiU y los del PP. Aún me sigo preguntando por qué lo hicieron. Aún sigo sin entender cómo es posible que esperen que sigamos “confiando” en ellos si nos dan la espalda en la defensa de nuestros derechos en internet.
- Los políticos, sus privilegios y la impunidad de los corruptos: hay que acabar con las pensiones estratosféricas de nuestros ministros. Son inaceptables. Y todos aquellos políticos de cualquier lista y partido que hayan estado implicados en tramas de corrupción deberían ir a la cárcel y cumplir la pena correspondiente a sus delitos. Todos. TODOS.
Para mí lo ideal es centrarse en lo fundamental, lo que nos une a todos, lo que es básico y debe cambiar para hacer de nuestra democracia algo mejor. Luego ya podemos sumergirnos en la multitud de peticiones que se pueden escuchar. Pero no se puede pretender derribar un sistema y levantar inmediatamente otro que lo sustituya abarcando todos los ámbitos; si no se focaliza, se perderá la esencia que motivó el llamamiento a las concentraciones del 15 de mayo desde plataformas como #nolesvotes y Democracia Real Ya.
Esa esencia se ha perdido ya en parte por el camino, y es necesaria una seria y profunda autocrítica para reconocerlo. Sobre la pérdida de claridad habla Isaac en su blog “La libreta en blanco”: Los errores del 21M.
El romanticismo y el sobrecogimiento que producen las imágenes de la Puerta del Sol llena de gente gritando contra un sistema que deja a los ciudadanos indefensos hace olvidar el perjuicio que dicha multitud está causando en los comercios de la zona. Primer punto sobre el que reflexionar.
El ideal de un sistema más justo, compartido por miles de personas en la calle, no justifica la prohibición de captar imágenes a los medios de comunicación. En un sistema justo debe prevalecer la libertad, en este caso de expresión, en primer y más importante lugar. Es más, somos los propios ciudadanos los que estamos manifestándonos contra un sistema que nos deja indefensos, ¡no tenemos nada que esconder, lo diga quien lo diga y lo diga como lo diga! Segundo punto sobre el que reflexionar.
La Vanguardia - La asamblea prohíbe a los medios grabar en cuatro zonas de la acampada
Antena3 - La Asamblea de la acampada en Sol prohíbe a los medios grabar en algunas zonas
El manifiesto de Democracia Real Ya y la petición de la plataforma No les Votes eran claros, cada uno pidiendo una cosa o varias pero claras y determinadas. Desde el 15 de mayo y desde que la dimensión alcanzada por las acampadas y las concentraciones se escapa de toda previsión, el alcance de las solicitudes y peticiones de las diversas plataformas y de la multitud de los ciudadanos presentes es cada vez mayor; mayor alcance, menor capacidad de acción. Tercer punto sobre el que reflexionar.
Mañana, 3ª parte de estos artículos sobre las acampadas. No os lo perdáis.
Lee aquí la 1ª parte: Sobre las #acampadas (I)
Lee aquí la entrada de Adan en su blog “Los Viajes de Adan”, “¿Hacemos política?”
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