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31 de mayo de 2011

Música de cine con Inma Shara y la Czech National Symphony Orchestra

FOX Intro Original

El domingo por la noche el Teatro Jovellanos de Gijón acogía a la Orquesta Nacional Checa, la Czech National Symphony Orchestra, en un concierto de música de cine dirigido por la directora española Inma Shara.

Este ha sido mi primer concierto de música cinematográfica, un género que no domino del todo pero que despierta mucho interés en mí. Ese interés se ha traducido en una gran recopilación de las bandas sonoras más conocidas de los autores recientes, a la que ya empiezan a sumarse composiciones más clásicas.

Film: The Big Country ("Horizontes de grandeza") - Composer: Jerome Moross

Fue una sorpresa descubrir que lo que la orquesta estaba tocando no se correspondía con lo que el programa indicaba. Un error que la organización trató de arreglar anunciando al final el orden de las interpretaciones…

Centrándonos en lo musical, y habiendo escuchado la introducción con la que la Orquesta Nacional Checa dio la entrada al concierto de la mano de los vuelos y bailes de Inma Shara sobre su tarima, en primer lugar sonó la pieza de la película “Horizontes de grandeza”, compuesta por Jerome Moross. Primer gran descubrimiento de la noche, una melodía que por alguna razón tenía en mi memoria pero sin asociar a ninguna película.

Cuando, a la vista del programa, pensé que en mi primer concierto de música de cine no iba a poder escuchar uno de mis acordes favoritos, Inma Shara alzó la batuta y comencé a escuchar a John Williams.

Film: Raiders of the Lost Ark (" Indiana Jones en busca del Arca Perdida") - Composer: John Williams

Qué sensación, poder escuchar por primera vez en mi vida en directo la música que John Williams compusiera para acompañar las aventuras del arqueólogo más famoso de la historia del cine. El viento, protagonista en los compases iniciales del tema. La cuerda, que sostiene la melodía en los momentos centrales (minuto dos de este vídeo). Y por último, el viento, otra vez, regresando al tema principal en los instantes finales (finales del minuto tres y cuatro del vídeo). Con los pelos de punta durante el aplauso al término de esta interpretación, la audición continuó con otro descubrimiento.

Film: Elizabeth Taylor in London - Composer: John Barry

NOTA: creo que no es esta pieza la que tocaron en el concierto. La película sí es, la pieza correspondiente no la he encontrado todavía.

De la emoción de John Williams a la melancolía del recientemente fallecido John Barry hubo escasos minutos. La melodía, preciosa. La orquesta, luciéndose cuando la excesiva intensidad de los metales no se comía a la cuerda. Y yo ahí sentado, al lado de mi padre, esperando la siguiente sorpresa una vez comprobado que el programa que nos habían dado nada tenía que ver con lo que estaba sonando.

Y, ¿quién no conoce el silbido con el que comienza esta canción?

Film: The Bridge on the River Kwai ("El puente sobre el Río Kwai") - Composer: Malcolm Arnold

Después de escuchar el ritmo militar de la famosa marcha del coronel Bogey, el programa dio paso de nuevo a John Barry, que compuso una preciosa partitura romántica para una película más bien mediocre.

Film: Indecent Proposal ("Una proposición indecente") - Composer: John Barry

Había visto la película pero no me había parado en su música. Una música en la que John Barry dejó su huella, con el compás tranquilo y melancólico tan habitual de sus obras. La Czech National Symphony Orchestra “se gustó” en esta interpretación, creando una atmósfera muy bonita en la sala.

Un ambiente que continuó con la elección de la melodía de Nino Rota para la película “La Strada” de Federico Fellini. Otro descubrimiento, otra novedad.

Film: La Strada - Composer: Nino Rota

La primera parte del concierto llegaba a su fin con otra banda sonora de western. Una de las melodías más famosas del cine del oeste, compuesta por uno de los mejores compositores de música de cine. Inma Shara volvió a alzar la batuta tras el aplauso del público por “La Strada”, y la Czech National Symphony Orchestra dio rienda suelta a sus instrumentos para interpretar la partitura de “Los Siete Magníficos”, obra del siempre genial Elmer Bernstein.

Film: The Magnificent Seven ("Los Siete Magníficos")

Tras esto, el descanso, con la sorpresa en nuestras caras viendo que cada nueva interpretación era una incógnita ante el fallo garrafal de los programas que nos habían dado. Al sonar el timbre de la reanudación volvimos a nuestros asientos. Mientras pensaba qué tendría preparado Inma para la segunda parte, casi sin dar tiempo a sentarnos levantó su batuta y sonó la banda sonora del cine de ciencia ficción por excelencia.

Film: Star Wars ("La Guerra de las Galaxias") - Composer: John Williams

Una interpretación que dio lugar al mayor aplauso del público y a algunos “¡Bravo!” que se pudieron escuchar al término de la misma. A mí me gustó especialmente cómo sonó la cuerda en los compases que en el vídeo aquí enlazado transcurren desde el minuto 3:14 hasta el 4:24.

Después del éxtasis del comienzo de la segunda parte (ya puedo decir que he escuchado en directo las bandas sonoras más conocidas de mi vida) llegó el turno de la música que Randy Edelman compuso, en colaboración con Trevor Jones, para la película “El último Mohicano”.

Film: Last of the Mohicans ("El último Mohicano") - Composers: Randy Edelman and Trevor Jones

En esta pieza el público se mostró ansioso por aplaudir en cada silencio que hacía Inma Shara entre parte y parte de la composición. Concretamente, en el vídeo aquí puesto, hubo equivocaciones en la pausa que hay hacia el minuto 2.30, y la que hay hacia el minuto 5.40.

Después de la melodía de Trevor Jones y Randy Edelman llegó el turno de tranquilizar los ánimos un poco más y coger de la mano a uno de los compositores de música de cine del momento: los aplausos cesaron, Inma Shara se dirigió a la orquesta y dio la entrada al piano y los violines para interpretar el tema central de “Pearl Harbor”, obra de Hans Zimmer.

Film: Pearl Harbor - Composer: Hans Zimmer

No sé si es una música fácil o difícil de interpretar la del tema “Tennessee”. De todas formas la única palabra que me sale para describir la interpretación de esta obra por parte de la Orquesta Nacional Checa es: esplendorosa. Me encantó el ritmo que llevaron y cómo sonó esta melodía tan romántica. Sencillamente preciosa.

La pieza elegida para el ecuador de la segunda parte del concierto fue el conocidísimo “Tema de Lara” de la película “Doctor Zhivago”.

Film: Doctor Zhivago - Composer: Maurice Jarre

La recta final del concierto comenzó con una extraña interpretación de la obra de Vangelis para “Carros de fuego”. Debió tratarse de algún arreglo para orquesta, pero me sonó más raro que otros que había escuchado (este, por ejemplo) Esta pieza fue la que menos me gustó del concierto.

Film: Chariots of fire ("Carros de fuego") - Composer: Vangelis

Después del recorrido del concierto se acercaba el desenlace, para lo cual Inma Shara tenía guardadas dos piezas clásicas, una de Michel Legrand (“Los paraguas de Cherburgo”) y otra de Nino Rota (“Amacord”). De todo lo que sonó en el concierto y descubrí a lo largo de la noche, fue lo que para mi gusto mejor sonó para el tamaño de la orquesta que lo interpretaba y la sala del concierto.

Me encantó el solo de violín de “Los paraguas de Cherburgo”, una pieza que no he logrado encontrar en youtube y que recomiendo mucho escuchar. El final del concierto, la pieza de la película “Amacord”, fue original y le dio un toque especial.

Film: Amacord ("Amacord. Mis recuerdos") - Composer: Nino Rota

Valoración del concierto: un seis alto.

Aunque a nivel general me gustaron mucho las interpretaciones, y a pesar de que es cierto que me encantó escuchar en directo la música de Indiana Jones y la Guerra de las Galaxias, creo que la orquesta se lució más en aquellas obras de menor intensidad sonora. El trombón, las trompetas y las trompas tapaban a la cuerda en demasiadas ocasiones, quedando la audición un tanto descompensada en muchos momentos.

El hecho de no tener el programa correcto no impidió disfrutar del concierto pero obligó a molestarse por conseguir el programa auténtico para archivar el nombre de aquellas obras que descubrí. Es un fallo organizativo importante, que hay que cuidar en este tipo de acontecimientos (¿se imaginan ir a un concierto y esperar escuchar “La Heroica” de Beethoven y descubrir que lo que suena son los compases de la “Pastoral”? Pues eso)

Ha sido mi primer concierto de música de cine y espero que no sea el último. A pesar de que un seis alto parezca una valoración demasiado baja, me quedé muy contento de haber asistido (y más contento estuve cuando por fin tuve el programa con el nombre de las piezas que no conocía). Un espectáculo entretenido y recomendable para todos aquellos aficionados o no al cine y su música.

El suspenso se lo lleva La Nueva España: Para mi sorpresa, cuando entré en la web del diario La Nueva España para leer la crónica del concierto… descubrí que el texto de Carlos José Martínez hablaba sobre lo magníficamente bien que la orquesta había interpretado unos títulos… que en realidad no habían sonado en ningún momento.

Aquí podéis acceder a la nota que informa del error en la edición impresa.

Aquí podéis leer las disculpas de Carlos José Martínez.

21 de febrero de 2011

Cisne Negro

LA CRÍTICA QUE HAY A CONTINUACIÓN CONTIENE DETALLES DEL ARGUMENTO DE LA PELÍCULA “CISNE NEGRO

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“Aronofsky bien cogido de la mano de Tchaikovsky”

Aferrándome a lo que realmente pasa en “Cisne Negro”, creo que es mucho ruido y pocas nueces. Una vez que el propio director de representación del ballet nos desvela el final de “El Lago de los Cisnes” (un sueño roto…) se deja entrever cuál va a ser el final de la película. Pero volviendo sobre ella encuentro más lecturas.

No es Tchaikovsky el que nos cuenta la historia de amor entre una mujer convertida en cisne y un príncipe engañado; es Aronofsky quien narra la historia de Nina, una bailarina de ballet que apunta tan alto como su talento le permite. Pero el director coge de la mano a Tchaikovsky para llevarnos de paseo por la mente de Nina; un paseo aderezado con algunos arreglos traídos perfectamente para el score por Clint Mansell.

¿Qué pensaría Tchaikovsky si mañana levantara la cabeza y viera cómo Aronofsky utiliza su música? Exclamaría: “¡Han convertido una historia de amor en un sórdido y violento buceo por la mente de una bailarina brillante pero atormentada!”. Puede ser… o tal vez no.

La historia del príncipe Sigfrido, obligado por su madre a escoger esposa entre las jóvenes de la corte, cuenta cómo aquél se enamora de una preciosa mujer (Odette) convertida en cisne por obra del malvado mago Von Rothbart. Sigfrido, engañado por Rothbart, jurará amor eterno a Odile creyendo que ésta es Odette. Sobre el final de la historia existen varias versiones.

La música de Pyotr  Tchaikovsky en “El Lago de los Cisnes” es como una tela de araña que nos sorprende, nos atrae, nos atrapa y nos envuelve desvelándonos compás tras compás el argumento. Desde su más conocido tema hasta el final. Qué final. “El Lago de los Cisnes” es una historia de amor, una historia de la eterna lucha entre el bien y el mal, o una desgarradora historia de un sueño frustrado…

Tchaikovsky no tuvo una vida tranquila. El hecho de ser homosexual en pleno siglo XIX, además del fuerte apego a su madre (fallecida cuando Pyotr cumplió 8 años), se lo impidió. Su carácter sensible y depresivo se refleja en las muchas obras que compuso. Creo que escuchar el final de “El Lago de los Cisnes” recuerda a una especie de liberación.

Aronofsky emplea la música de un compositor atormentado para contar la historia de una bailarina obsesiva y también atormentada. Lo cual, sin lugar a dudas, es un gran acierto.

Lo más interesante, sin embargo, no es lo que pasa en la película sino cómo pasa. Lo mejor es dejarnos llevar por la maravillosa interpretación de Natalie Portman: una bailarina brillante, técnicamente perfecta, que tiene un sueño; una mente reprimida y atormentada, que se siente incapaz de alcanzar el éxito tan deseado. Un carácter obsesivo que se topa una y otra vez contra el muro superprotector de su madre, una bailarina frustrada.

La película nos envuelve como una tela de araña, quizá con algunos excesos (quizá no), mientras el carácter de Nina evoluciona (o degenera) cuando la consecución de su sueño (o el siempre posible y temido fracaso) se acerca. Nina está cada vez más atrapada en su propia mente, convirtiéndose a sí misma en su principal obstáculo.

Sigfrido y Odette lucharán contra el malvado Von Rothbart para terminar con su maleficio. El sueño de amor entre el príncipe y la mujer convertida en cisne termina con el sacrificio de los personajes; un trágico final, único medio por el cual pueden liberarse del hechizo del mago.

Nina consigue superar esa barrera después de una carrera hacia lo más recóndito y perverso de su mente. Cuando escapa de sí misma encuentra el modo de triunfar. Y mientras suenan los compases finales de “El Lago de los Cisnes” Nina saluda, ya liberada, al malvado Von Rothbart, a su príncipe amado y finalmente, al público, que aplaude enfervorecido por la genial actuación de la bailarina.

Me imagino que muchos habrán salido del cine con los pelos de punta. Pero creo que eso es más mérito de Tchaikovsky que del guión de Cisne Negro. La música de “El Lago de los Cisnes” es delicada, preciosa, perfecta; algunos expertos en música cinematográfica señalan que la banda sonora puede convertirse en una trampa que atrapa al espectador, teledirigiendo sus emociones: eso es lo que creo que ocurre en esta película.

Cuando la batalla entre la pureza del Cisne Blanco y la lujuria del Cisne Negro alcanza su punto álgido, no es Aronofsky quien lleva su guión con solidez: es Tchaikovsky con su música el que coge la batuta y adopta el protagonismo de la historia.

De Aronofsky es el gran mérito de encuadrar tan increíblemente bien la intrincada mente de Nina, la evolución de su comportamiento. De Natalie Portman es el mérito de representar de una forma tan genial la evolución de un personaje atormentado; el mérito de plasmar tan perfectamente la presión de un mundo tan difícil como el artístico. Pero es de Tchaikovsky el mérito de crear una música con tanta fuerza; de crear una composición y lograr trascender, siglo y medio después de su primera representación, en las salas de cine de medio mundo.

Y por eso, para mí, “Cisne Negro” es notable. Porque el “muy bueno” pertenece a “El Lago de los Cisnes”, utilizado aquí como un recurso (ideal, eso sí) que acompaña a nuestra bellísima Nina.

Si lo deseas, puedes ver esta crítica en mi perfil de FilmAffinity: "Aronofsky bien cogido de la mano de Tchaikovsky"