Fragmentos de la novela de George Orwell: “1984”
Al fondo, un cartel de colores, demasiado grande
para hallarse en un interior, estaba pegado a la pared.
Representaba sólo un enorme rostro de más de un metro
de anchura: la cara de un hombre de unos cuarenta
y cinco años con un gran bigote negro y facciones
hennosas y endurecidas.
(…)
En cada descansillo, frente a la puerta
del ascensor, el cartelón del enorme rostro miraba desde
el muro. Era uno de esos dibujos realizados de tal
manera que los ojos le siguen a uno adondequiera que
esté. EL GRAN HERMANO TE VIGILA, decían las palabras
al pie.
(…)
Un momento después se oyó un espantoso chirrido,
como de una monstruosa máquina sin engrasar, ruido
que procedía de la gran telepantalla situada al fondo de
la habitación. Era un ruido que le hacía rechinar a uno
los dientes y que ponía los pelos de punta. Había empezado
el Odio.
(…)
Pero en el mismo
instante, produciendo con ello un hondo suspiro de alivio
en todos, la amenazadora figura se fundía para que
surgiera en su lugar el rostro del Gran Hermano, con su
negra cabellera y sus grandes bigotes negros, un rostro
rebosante de poder y de misteriosa calma y tan grande
que llenaba casi la pantalla….
RUBALCABA TE VIGILA.