3 de diciembre de 2017

No hay otra España

"Me voy muy contento; tanto como si hubiera ganado una medalla. Nunca olvidaré esta semana"
Sergio Scariolo, 26 de noviembre de 2017

La historia de los Doce del Patíbulo

Una tarde de invierno en que la biblioteca no tenga mas libros para pasar el rato, podemos dedicar dos horas de nuestra vida a ver la película Doce del Patíbulo. Un clásico del cine bélico y un peliculón en toda regla.

La película, adaptación de la novela homónima de Erwin Nathanson, narra la historia de un comando que tiene la misión de infiltrarse y terminar con varios objetivos nazis en una mansión en Rennes (Francia). El comando estará formado por peligrosos criminales a quienes el Mayor Reisman deberá formar, cohesionar y dirigir para que la misión tenga éxito.

Una disculpa por la comparación


Se me ocurrió comenzar esta entrada de una forma original, citando una de mis películas favoritas, para dedicarle unas lineas a la Selección Española de baloncesto, que este fin de semana nos ha dado una nueva alegría (y van...)


Para que el símil funcione hay que poner a Scariolo en la piel del Mayor Reisman, que dirigirá a su peculiar grupo de renegados. Entiendo, además, que para completar esta introducción obligo a comparar la historia de unos jugadores de baloncesto con la ficción de unos criminales. Acepten pues mis disculpas aquellos que consideren semejante introducción una salida de tono y sigan leyendo antes de bajarse del barco.

No hay (necesidad de) otra España


La disputa de la próxima Copa del Mundo de Baloncesto está condicionada a lograr la clasificación en la fase de "ventanas". La FIBA ha concebido estas "ventanas" en forma de partidos cada ciertos meses entre las diversas selecciones candidatas. Una de las condiciones para la disputa de estos encuentros es que no son seleccionables aquellos jugadores que formen parte de clubes participantes en la Euroliga o de los equipos de la NBA.

España llevó a su último europeo masculino una buena docena de jugadores que, debido a las condiciones impuestas por la FIBA, no pueden ser seleccionados para participar en las "ventanas".  Con los jugadores considerados "primeros espadas" ausentes llegamos al lunes pasado. Estaremos de acuerdo en que era muy difícil concebir una selección sin algunos de los grandes nombres que han vestido la camiseta nacional durante una era interminable. Es difícil hacerse un hueco en una selección donde han jugado los mejores, y es casi imposible hacerlo convenciendo de antemano al personal ("qué vamos a hacer sin Gasol" y otras grandes palabras alimentadas por la prensa)

Una semana después, tenemos un maravilloso 2-0 en la fase de clasificación para el próximo mundial. No ha sido gracias a "otra" España. No era otra España la que iba a participar en las ventanas de este fin de semana, era España misma. Oliver, Colom, Vidal, Llovet, Vazquez y compañía nos han mostrado que España tiene talento, y sobre todo, ganas. Fueron a Montenegro como renegados y salieron de Burgos con un hueco en la historia del baloncesto.

Cierto es que al fin y al cabo un 2-0 en la fase inicial de clasificación para un Mundial no es una hazaña irrepetible. Pero sí es, en cualquier caso, una hazaña que muchos pintaron como inalcanzable para los "segundos" y "terceros" espadas de nuestro baloncesto masculino. Las emociones ya reposan mas tranquilas, una vez terminado el fin de semana y la primera de las ventanas. Es justo reconocer que si en lugar de tener un 2-0 hubiéramos vuelto con un 0-2, la tinta aún seguiría corriendo para criticar y buscar responsables. Me parece justo que, por una vez, la tinta siga corriendo para elogiar a quienes no desaprovecharon la oportunidad que el destino les brindó para defender la camiseta nacional.

 Ellos, los verdaderos protagonistas, seguro que nunca lo olvidarán. 


En la foto: Llovet, Oliver, Garcia, Fernandez, Vicedo, Vidal, Colom, Saiz, Vazquez, Pauli, Rabaseda y Arteaga. Ya son historia. Foto: ACB.com

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