Hace tres años a estas horas (las nueve y media) estaba despierto mareando apuntes; 2º de bachillerato había terminado y ese día era la graduación.
Recuerdo que la tarde anterior, la del 25 de mayo de 2005 algunos de los que habíamos formado grupo de amigos durante nuestra estancia en el colegio, fuimos al parque de Purificación Tomás. Una tarde, la del 25, que comenzó con La Senda del Tiempo y terminó tirándonos hierba que los empleados, seguramente, habían recogido con esmero (:-P).
El día 26 por la mañana fui al colegio para ver a los de primero de bachillerato. Una mañana en la que hacía tiempo de verano, un sol esplendoroso y una temperatura estupenda. Un día magnífico para graduarse, tal como lo había imaginado tantas veces. El colegio estaba vistiendo el polideportivo de gala para la celebración de por la tarde, y tengo que admitir el vértigo que sentí cuando vi todas aquellas sillas juntas, sobre las que nos sentaríamos la tarde del 26 de mayo de 2005, Graciliano me dijo esa mañana que por la tarde "saldríamos por esa puerta para no volver".
Alguien muy cercano a mí me escribió un email ese día diciendo que nunca iría al colegio como el día en que me gradué. No sé qué pasaba por la mente de los demás compañeros de promoción, pero yo aquel día, independientemente de todo lo demás, estaba visiblemente emocionado. Mi cara mostraba el aspecto triunfal de quien ha conseguido algo (en este caso, llegar al final de un curso que se me hizo difícil... como a todos) por sus propios medios. Mi alma estaba exultante y feliz, saboreando todos y cada uno de los momentos que pasaron aquel día.
Lo recuerdo todo como si fuera ayer. TODO.
Después de estar en el cole por la mañana volví a casa para comer. A las cuatro leí ese email al que he hecho referencia al inicio del párrafo. A las cuatro y media me metí en la ducha, y a las cinco y veinte de la tarde estaba duchado, peinado, trajeado y preparado para subir al colegio.
Banda sonora: como me gustan las bandas sonoras y suelo tener una para cada momento importante de mi vida, voy a desvelar la mía para aquel día, para aquel momento. Como aún tenía tiempo hasta las cinco y media (más o menos) que salí con mi madre de casa, cogí un cd y puse el on, para escuchar “Concerning Hobbits” de la película “El señor de los anillos: la Comunidad del Anillo”. Con esa melodía salí acompañado de mi mami para el colegio, y en efecto, era cierto que nunca volvería al colegio y que nunca iría al colegio como la tarde en que me gradué.
Ya está, han sido tres años en los que ha sucedido de todo (por ejemplo, desde entonces el Joventut no ha dejado de remontar peldaños de la clasificación para hacerme revivir momentos de la infancia.. jeje); han pasado cosas buenas y malas, pero sobre todo, tres años. Hoy hace tres años que terminó un capítulo importante de mi vida, con uno de los epílogos más bonitos que yo nunca imaginé que podría escribir en el diario de mi vida... y me siento orgulloso de haberlo vivido, de haber desfasado tanto aquella noche, de haber disfrutado con la oportunidad que sin comerlo ni beberlo se me presentó, de haber hecho fotos, de haber bailado, gritado, sonreído... En fin. Me siento feliz recordando aquella tarde del 26 de mayo de 2005.
Tres años después... 10.000 visitas!!!! Gracias a todos, lectores, gracias de verdad :)
Yo también me alegro de haber vivido un tiempo en ese colegio, pero sobretodo por la persona que conocí allí.
ResponderEliminarRecuerdo bien nuestra graduación y tantos sentimientos, y tan diferentes, que vivimos aquella tarde-noche.
Es un lujo, poder escribir en la historia de mi vida una noche como aquella.
La vida sigue...
Un abrazo muy fuerte exclusivamente para ti.
Recuerdo vágamente lo de tirarnos hierba por el Pura... ¿Fue cuando a Blukos y a mí nos atacó un oso de la que íbamos a buscar un balón?
ResponderEliminarMis recuerdos de aquel día (como de muchos otros, y como el día de la propia graduación) pierden nitidez, y en ocasiones hay que tirar de ellos para que salgan a la luz.
Pero sí conservo un sentimiento. Segundo de Bachiller era historia pasada, y la PAU quedó momentáneamente relegada al olvido por lo que teníamos ante nuestros mismísimos ojos.
Hace ya más de tres años, cuando nosotros éramos (más) jóvenes, pareció que el tiempo no existía. Ese fue un buen día. Y volverá a serlo, aunque diferente. Siempre diferente. C'est la vie, mon ami.
Yo también recuerdo ese día, esa noche, ese año... y de vez en cuando abro mi caja y me transporto a aquella época no tan lejana en el tiempo xo sí difusa e idealizada en mi memoria.
ResponderEliminarCómo hemos cambiado...
Entonces nos considerábamos 'Los Mejores de la Escalera' y hoy... hoy sigo buscando mi sitio.
3 violetas te daré... o eso decía la canción.
1saludo!
Soñaron que podían detener el tiempo, y por un día, una tarde, creyeron haberlo conseguido y fueron felices por ello.
ResponderEliminarCuando se dieron cuenta de que en realidad no habían sino vivido una ilusión, recordaron que nunca, como en aquella ocasión, habían sido tan felices. Y sonrieron.
Porque el tiempo no se puede detener pero... alguna vez nos engaña cariñosamente para hacernos un poquito más felices.
Qué bonitos recuerdos...