9 de diciembre de 2009

Berlusconi, Europa y el mundo. 70 años después.

Europa se baja los pantalones ante Berlusconi

Últimamente me llegan noticias desde Italia sobre las decisiones de su actual presidente, Silvio Berlusconi. Y no son nada buenas. Polémica con las normas sobre inmigración, polémica que leo también sobre las leyes que establece para los cargos que estén en el Gobierno… todo es muy preocupante.

El otro día comentábamos unos amigos sobre el prólogo de Mein Kampf. Por casualidades de la vida, que nada tienen que ver con afinidad ideológica ninguna ni con Hitler ni con su libro, un amigo lo tiene en su casa traducido al español. En dicho prólogo hay un compendio de las opiniones que tenían algunas personalidades en la época en la que Adolf Hitler escribió ese libro, por ejemplo, del Daily Mail (-dicho compendio es lo que viene al caso-)

Cuando oí que el Daily Mail reconocía en su opinión cómo Hitler representaba la auténtica oposición al comunismo, mi comentario fue más o menos el siguiente: “un ejemplo más de cómo Europa se bajó los pantalones durante el ascenso de Hitler”. Lo siguiente que recuerdo fue el comentario de que actualmente Europa se está bajando los pantalones ante Berlusconi.

Todo me parece bien respetable, comprendiendo que mi ideología y la del amigo interesado en leer este prólogo son diametralmente opuestas. Pero me resulta cuanto menos sorprendente acordarse de Berlusconi cuando de lo que se está hablando es de una etapa, los años 20, donde el ascenso de los totalitarismos, no sólo del nazismo, fue la tónica propia de una etapa en la que Europa demostró que no supo terminar, ni con la palabra ni con las armas, con las amenazas de la época.

Nada, repito, nada que ver con lo que Europa está haciendo con Berlusconi. Porque puede ser un gobernante con polémicas leyes de clara tendencia a perpetuarse en el poder (pero… ¿qué gobernante no quiere esas leyes?) pero de momento no ha metido en campos de concentración a nadie, ni ha levantado muros en sus calles, ni ha marcado las tiendas con señales, ni pide a sus ciudadanos que se identifiquen con escudos. No tiene nada que ver.

2 comentarios:

  1. La frase "que nada tienen que ver con afinidad ideológica ninguna ni con Hitler ni con su libro" marcada en rojo y negrita me chirría. Mucho. Muchísimo.

    Pare como si hubiera miedo de que se asociaran ideas de forma incorrecta y se nos tache de algo. ¿No puede alguien leer un libro para culturizarse sin más? Ay, la defensa pre-ataque contra el malpensado me ha resultado triste, por así decirlo. Como si por leer El Capital tuviera que ser comunista. Y un largo etc.

    Hablando de Berlusconi, que se me va la pinza, muy fuerte el golpe que le dieron en la cara hoy mismo, eh? (Para el no enterado, buscar por Google... tras un mitin le lanzaron una figurita del Domo de Milán y las imágenes son bastante impactantes).

    Un saludo!
    Adán.

    ResponderEliminar
  2. Vaya, pues lamento que te chirríe tanto el marcaje a la frase en cuestión. A veces es necesario desmarcarse con defensas pre-ataque, creo que nunca se sabe quién puede llegar a leer el blog y por eso me parece oportuno indicarlo.

    Sí sí, lo del golpe fue impactante, lo he visto en El Mundo hoy en la facultad...

    ¡Gracias por tu comentario!

    ResponderEliminar