31 de diciembre de 2009

Rumbo al 2010

Ya llegan otra vez. Las horas que más rápido pasan del año, el día que más corto se hace. El 31 de diciembre.

Hoy veréis que todo son prisas. Uno se levanta por la mañana pendiente de comer porque seguramente tenga invitados (o uno mismo lo sea). Pone la tele y todas las cadenas muestran un reloj. Tic tac, tic tac, marcando las doce de la mañana, las doce y media, la una, la una y media... ¡aperitivo y a comer, la cuenta atrás está en marcha!

La comida es sencilla. Tiene que serlo, a la noche el banquete será abundante y por la tarde no podemos cansarnos haciendo la digestión porque la noche es larga. Comemos. Recogemos. Y nos sentamos en el sillón. Han pasado las horas hasta las cinco de la tarde y parece que ya no sabemos qué hacer. ¡Parece que esas horas están de relleno! Y seguro que más de uno siente la tentación de tirar del reloj hacia delante para pasar rápido las horas que faltan, los últimos instantes que quedan para despedirse y comenzar...

... como siempre se empieza, el 1 de enero de 2009. Fue en el salón de mi casa, una cena original con invitados nuevos. La primera Nochevieja que faltaron unos y estuvieron otros. 2009 comenzó con la nostalgia por lo vivido en 2008… Una cafetería de Valor atípicamente vacía a las siete y media de la mañana en compañía de dos de las personas más especiales que conozco dio entrada al Año Nuevo. Así empezó todo. Y después, a correr.

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Todo a la carrera, las nevadas en enero, el frío del invierno, los exámenes y el primer pleno en febrero, las subidas al Naranco nevado, divertirme como un crío con la nieve y disfrutar como monitor de chavales de 1º y 2º de la ESO… Y luego las tardes de marzo y los primeros días de primavera, la llegada de abril, una nueva Pascua y un encuentro de monitores en Valladolid… llegó mayo y mientras el año anterior hacía una cuenta atrás para irme a Niza, este año sacaba un C1 como una casa en el TEF, nos fuimos a la Warner y a Villamanín, vi las estrellas y cuando llegó junio terminé un curso de lo más soso en la universidad. Viví un verano inolvidable cargado de alpacas y de aguas frías en los ríos españoles, un verano en el que volví a coger la raqueta y jugamos como nunca, que dio paso a un mes de septiembre en el que me quitaron un riñón por ver “Up” y a un último trimestre, el que acaba de terminar, en donde me lo he pasado de lujo; eso sí, pagando un precio muy alto, pero me lo he pasado genial.

Este año reviví Perbes como nunca hasta ahora lo había hecho. Dormí una noche bajo las estrellas y ¡por fin! encontré la Estrella Polar. Hubo noches de montaña y noches de playa, hubo excursiones, muchísimas excursiones; subí al Naranco a ver amanecer, caminé por el Parque de Purificación Tomás viendo atardecer, fui uno de los Guardianes del Grial en Villamanín, indio en Navalguijo, peregrino en Santo Domingo de la Calzada, tenista en Benicassim… y yo mismo siempre.

Sentí la España profunda en Babia, en ese rincón maravilloso que es Villasecino de Babia. Sentí el calor y el agradecimiento de las gentes a quienes ayudé con las alpacas, volví a Fuente Cobre y al Roblón, me sentí libre haciendo el cabra por la Montaña Palentina y grabé más vídeos que en toda mi vida junta... incluso en Cangas del Narcea.

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Fui a Valladolid a encontrarme con amigos, caminé por Casorvida recordando a Juan (que en paz descanse y me aguarde allá donde esté), me saqué el teórico de conducir, empecé a manejar el coche, me di cuenta de que me encanta conducir aunque aún deba aprender más, y una noche en Pucela el Boss sacó pura adrenalina de mis venas entonando "Bobby Jean". Ojalá pudiera plasmar aquí toda la emoción que me suscita el final de año. Una noche veraniega en la terraza del Hotel El Cid sonaba “In my room” de los Beach Boys, y casi me echo a llorar.

El simbolismo de este año no es el mar sino la montaña, pero en cualquier caso la sensación que me queda es de pura libertad, y de mucha, muchísima ambición y ganas para afrontar el futuro. A lo largo de este año recordé lo importante que es ser humilde... mientras España ganaba su primer oro en un Eurobasket, Ricky dejaba al Joventut por el vecino de al lado, y España ganaba una merecidísima 4ª Copa Davis.

Las agujas del reloj siguen su camino, implacables, como siempre. El 2008 fue un aluvión de sentimientos, un compás de “Born to run” inigualable. Pero el 2009 se ha convertido en una auténtica sinfonía de simbolismos y recuerdos, nostalgias e ilusiones; es ahora cuando suena con más fuerza la melodía de piano de “Jungleland”, cuando todo se hace pequeño y parece que podemos llegar a tocarlo.

Los ecos de las campanadas vuelven a sonar. Vuelven esos nervios por dejar atrás momentos y mirar hacia el futuro. Vuelven las sonrisas nerviosas de los que tememos atragantarnos. Llega el 2010, y no olvidéis que…

Como hermanos en una noche de tormenta

Hicimos una promesa y juramos que nunca la olvidaríamos.

Prometimos que no nos echaríamos atrás, pequeña. Que no nos rendiríamos.

(No Surrender, Bruce Springsteen)

¡¡¡FELIZ 2010 A TODOS!!!

3 comentarios:

  1. gracias por la parte que me toca de tu recopilación del año.
    ayer tomé los churros jjusto al lado de la mesa donde pasamos las primeras horas de 2009. me acordé mucho de los dos. y tras 365 dias... todo vuelve a empezar.
    ¿nos veremos esta noche?

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  2. Es cierto que los caminos de Casorvida tienen cierto encanto ¿no? me emocioné al ver lo de mi abuelo... cuanto le queríamos ¿verdad ''primin''? Deseales feliz año a todos de nuestra parte, espero que tu próximo año sea igual o mejor que este.
    1 besazo!

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  3. Gracias por avisarme es que me lie con el 2020!!jajaja

    feliz año!
    un besoteeee

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