24 de diciembre de 2009

“Un niño nos ha nacido. Un hijo se nos ha dado…”

Sólo a través de la sonrisa inocente de un niño surge en nosotros un verdadero sentimiento de alegría por la vida. Mirando a un niño envuelto en pañales, un niño como todos los niños que siguen naciendo en el mundo cada día, recordamos como de ninguna otra forma que merece la pena tener esperanza en la vida.

Una esperanza que debe hacerse aún más presente en Navidad. Un tiempo que encuentra su sentido auténtico y puro en torno a la figura del Niño Jesús. Es Jesús recién nacido quien plasma esa idea, y le da un sentido mucho más profundo y sincero a todos los encuentros que se producen entre las personas en estas fechas. Es Jesús quien nos recuerda, en este momento como recién nacido, que esa esperanza en la vida debe estar siempre presente.

En torno al Niño Jesús, hagamos presentes a todos aquellos que por cualquier circunstancia no puedan disfrutar del encuentro con sus seres queridos. Hagamos presentes a todas aquellas personas que no puedan acercarse a la sonrisa inocente de un niño recién nacido. Pidamos para que todo el mundo encuentre en estos días un motivo para sonreír y vivir con ilusión. Pidamos por todos nosotros, para mantener siempre viva nuestra esperanza…

¡¡¡FELIZ NAVIDAD!!!

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