Confusiones que nos molan

Ayer por la mañana estábamos en la academia dando clase de econometría, cuando la profesora, después de salir un momento del aula, volvió y nos dijo que habían desalojado el edificio de Hidroeléctrica por amenaza de bomba.

En estos tiempos que corren, cuando todos, en el fondo, tenemos metida la neura y el temor de los atentados terroristas -más aún cuando la noticia de la tragedia en Bombay ocurrida el jueves, estaba fresca en nuestra mente- es importante tratar de mantener una cierta calma ante las noticias que nos llegan.

Calma que, a veces, brilla por su ausencia. Comentaba a la hora de la cena a mis contertulios si habían oído algo de una amenaza de bomba en el edificio ovetense de Hidroeléctrica. ¿Cuál sería mi sorpresa cuando me dijeron que no habían oído nada al respecto? Evidentemente, era difícil que hubieran oído algo porque no era tal amenaza sino un simulacro. Claro está, se trataba de un macro-simulacro, que involucró no sólo a los trabajadores del propio edificio sino a bomberos, policía, y expertos en desactivación de explosivos (TEDAX). Pero simulacro, al fin y al cabo...

Se trata tan sólo de un malentendido, pero ¡por favor! Más cuidado al dar determinado tipo de noticia... la noticia de La Nueva España recoge que los presentes les decían a los viandantes que pasaban por allí, que se trataba tan sólo de un simulacro... a alguien se le olvidó decirle este detalle a nuestra profesora y nos pusimos en alerta por un malentendido...