"yo cada vez que voy y veo todas las cosas que hay en el Corte Inglés de historiadores, y claro ves al Vidal al otro al otro y tal, dices dios mío, si sería como para prenderle fuego a todo el stand este, porque la verdad es que los ponen todos juntos"
Esta perla, que más bien parece sacada de una novela situada en un lugar gobernado por un gobierno dictatorial, la dijo Cristina Almeida ayer, 20 de noviembre, en un acto de apoyo a ese desperpento de Garzón -del cual éste ya se ha lavado un poco las manos-.
La acompañaban Pilar Bardem y Javier Saramago, entre otros. Artífices habituales de una serie de actos cuyo objetivo es mostrar el respeto que determinados representantes de la cultura tienen por las cosas de actualidad. Ellos son el exponente de la tolerancia democrática que pregonan a los cuatro vientos, sin duda, haciendo referencias a la quema de libros de determinados historiadores, por ejemplo.
Es lamentable que pongamos en el punto de mira a Federico Jiménez Losantos porque "dice muchas barbaridades en el programa de La Mañana" y luego miremos esto y contemplemos con estupor que la reacción es... ninguna. Tal cual, ¡como siempre, los mismos! ¡Los hay que pueden decir lo que les dé la gana! Es increíble.
¡Y ya está bien, hombre! La frase de Cristina Almeida tiene un trasfondo que refleja que si pudieran, lo harían, lo cual no es triste, sino criminal. Eso es antidemocrático, para ellos que se consideran tan defensores de la libertad; esa frase refleja un ataque a la libertad de expresión que recuerda los tiempos de "los negros no pueden pensar, sólo pueden correr" y "ellos -los judíos- son los enemigos de la nación".
¿Dónde está la diferencia entre alguien que desea quemar los libros de un historiador y el que desea quitarse de en medio las vidas de gente que él considera diferente y peor, en este caso? ¿Con qué cara de desvergüenza y descaro van a venir a hablarnos, estos individuos, de libertad de expresión, de cultura, si lo que quieren es quitarse de en medio a la gente que no piensa como ellos y que no dicen lo que ellos quieren que digan?
Claro que, ¿qué podemos esperar? Si estos personajes, en concreto Cristina Almeida, Pilar Bardem y Javier Saramago son tres de los que defendieron a capa y espada la necesidad del Cánon digital. Más dinero pal bolsillo por el bien de la cultura de este país.
Y también son ellos tres de los principales promotores de la campaña del "No a la guerra". Una pegatina de fondo negro y letras rojas, para manifestarse en favor del derecho a vivir de los iraquíes inocentes; claro que en Afganistán no hay afganos inocentes; en el Congo tampoco hay congoleños inocentes; y por supuesto, tampoco hay guerras ni en Afganistán ni en el Congo, sobre las que manifestarse en favor de la vida y en contra del conflicto. A Bush le interesaría el petróleo, pero a estos les interesaba la vida de los iraquíes lo que a mí las fórmulas de planos inclinados que estudié en 4º de la ESO...
Mientras, nosotros nos cruzamos de brazos y la vida sigue; porque por suerte, la vida continúa, pero hay que ver cada cosa, cada día...
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En otro orden de cosas, en "El Blog del Aficionado" estoy de enhorabuena. Ya he alcanzado la cifra redonda de 19.000 visitas, ¡ahí es nada! Con un año de retraso en la elaboración de las estadísticas -puesto que antes no había descubierto servicios de contadores de visitas ni nada de eso- el blog tiene ya dos años y medio, pero comencé a contar hace tan sólo año y medio, y ya he alcanzado 19000 visitas, lo cual me hace sentir muy satisfecho. ¡Gracias a todos!
La próxima... ¡los 20.000!
Uy, uy, uy... Pichu, te nos radicalizas. Y eso no te sienta nada, nada bien.
ResponderEliminarLa expresión sobre la quema de libros desde luego no es, a mi entender, afortunada. Y digo afortunada porque es el tipo de cosa que yo diría en casos particulares y concretos, y en situaciones de ambiente familiar y a puerta cerrada. Más que nada porque dan lugar a comentarios de este tipo. No creo que la alusión a la incineración literaria se trate de un deseo de censura sino de una condena al estilo del autor (en este caso, C.Vidal).
Y es que cuando uno escribe un libro, está bien que tenga libertad para escribir lo que quiera. Especialmente si hace ficción. Pero cuando uno es historiador, plasmar un punto de vista muy polarizado en tu obra es un crimen si quieres categorizarla como "historiográfica".
A lo que voy es, unos se van al extremo, y otros contrarrestan yéndose al otro extremo. Estoy seguro de que si yo fuera un experto en historia política y cogiera algún libro de César Vidal, encontraría el motivo de las quejas de Almeida y compañía. Y seguro que dicho motivo existe y es grave, si bien no suficiente para proponer la susodicha moción de cremación.
Pero lejos de buscar el virtuoso punto medio, te has tirado a tiranizar -valga la anáfora- a los que critican, más guiados por el sentimiento que por la correción política, y has desvinculado la anécdota de todo contexto. "Un hombre mató a una mujer" es un crimen horrible. Pero "Un hombre mató a una mujer ebria que trataba de asesinarlo por despecho durante una disputa" suena más a defensa propia.
¿Se trata la condena a la hoguera de un crimen o de defensa propia? Puede que ninguno de ambos. Quizá, por las formas, más de lo primero.
Pero hay un matiz que se nos escapa. La diferencia entre lo dicho y lo hecho. No estoy de acuerdo con esa propagandística afirmación que más parece propia de un régimen terro-gubernamental (al estilo Bush) que de tí, "si pudieran, lo harían".
Y a donde apunto, para finalizar, es que oye, si unos pueden escribir lo que quieren, los otros también podrán decirlo, ¿no? ;)
Un saludo desradicalizador!
Adán.
PD: PUBLI: Los Viajes de Adán en activo. ¡PÁSALO!
Hola Antón, bienvenido de nuevo, aunque haga muchos meses que tu blog vague por el desierto!
ResponderEliminarNo tengo mucho más que añadir a lo que has dicho, lo cierto es que me alegro de que comentes y que muestres tu punto de vista respecto a lo que yo he escrito.
Si bien es cierto que no comparto algunas de las cosas que dices. Porque, y no me dirijo a tí solamente, pero ¿sabemos si esa "polarización" a la que hace referencia Cristina Almeida es tal polarización de César Vidal, o es un deseo de polarización de quien ha manifestado el deseo de quemar libros?
Y me explico un poquito más.
-dejando a un lado que no creo que sea un post radical, más bien radicalmente en desacuerdo con lo que Cristina dice, con la SGAE y su cánon digital, y con el movimiento propagandístico que se generó hace unos años conocido como el "no a la guerra", por lo hipócrita que me resultó en su momento y ahora-
Tú no lo sé, pero desde luego que en este país hay mucha gente que respeta ese tipo de declaraciones, procedentes de una determinada vertiente política, y rechaza las de otro tipo de gente de otra orientación ideológica.
¿Quién es el hombre y quién la mujer ebria en tu ejemplo?
Que la frase "si pudieran, lo harían" sea más propia de un régimen terro-gubernamental que de mí, no le resta importancia, Antón. Manifestar públicamente que "sería como para prenderle fuego al stand este" es muy grave, cuando, por determinados comentarios de otros personajes, enseguida nos ofendemos; pero más allá del puro y duro revanchismo "yo dije y él dijo más", quisiera que me dijeras dónde está la diferencia entre querer hacer una cosa y hacerla: muchas, si no todas las veces, está en el poder para hacerlo, entendido éste como permiso o como capacidad, como quieras verlo. Creo que, si no, no se llamarían deseos, ¿no?
Repito la pregunta que hice antes, ¿sabemos si esa "polarización" a la que hace referencia Cristina Almeida es tal polarización de César Vidal, o es un deseo de polarización de quien ha manifestado el deseo de quemar libros? ¿Hemos leído esos libros para poder permanecer indiferentes ante estas declaraciones, para más aún, defenderlas?
Nada más. Un saludo :)