3 de diciembre de 2008

Malditos asesinos, malditos todos

1ºadv

Cuidado! Estad alerta, porque no sabéis cuándo llegará el momento. Sucederá lo mismo que con aquel hombre que se ausentó de su casa, encomendó a cada uno de los siervos su tarea y encargó al portero que velase. Así que velad, porque no sabéis cuándo llegará el dueño de la casa, si al atardecer, a media noche, al canto del gallo o al amanecer. No sea que llegue de improviso y os encuentre dormidos. Lo que a vosotros os digo, lo digo a todos: ¡Velad!"

Evangelio según San Marcos, Cap 13, 33-37

Hoy es día 3 de diciembre de 2008, hoy ha sido -aún es- el día que en el santoral se dedica a la persona de San Francisco Javier. Uséase que en otras palabras, hoy ha sido ``mi santo´´.

El otro día comentaba en estas líneas el momento litúrgico en el que estamos, que es el Adviento, la espera para la celebración del nacimiento de Jesús y la cuenta atrás para las fiestas navideñas.

Se hace difícil, se hace realmente muy difícil hablar de mirar con ilusión al futuro viviendo con plenitud nuestro presente, cuando los días están continuamente manchados con la sangre de gente inocente que muere sin que yo pueda hacer nada. Porque lo más triste del asunto es que por mucho que me digan, nada puedo hacer contra las matanzas indiscriminadas como la que tuvo lugar en Bombay la semana pasada; no puedo evitar el asesinato de una mujer a manos de su exnovio, a no ser que esté metido en el ajo, conozca la situación... nada, no puedo hacer nada; no puedo luchar, al final me doy cuenta de que es inútil combatir a los etarras que hoy han asesinado al empresario Ignacio Uría Mendizábal. Sólo puedo dedicarme a contemplar atónito lo que sucede en el mundo día tras día y desahogarme con la fuerza de la palabra, que a veces es tan implacable, pero otras veces es completamente inútil.

Se me llena tantas veces la boca hablando de cómo el mundo podría ser mejor y más justo que al final me ahogo a mí mismo en mis propias reflexiones, dándome cuenta de que la triste realidad es que lo único que tengo son frases cargadas de sentido para mí pero inútiles si lo que queremos es actuar.

Es tiempo para la reflexión, para pensar cómo espero la Navidad, qué espero de ella. Es tiempo para profundizar en la fe, para plantearme cómo la vivo y cómo la siento. Y sin embargo, hay veces que, ante el caótico mundo en el que vivimos, tengo la sensación de que sólo me sirve a mí para tranquilizar mi corazón y tener algo en lo que pensar.

Las luces de Navidad, que en Oviedo se encenderán el día 5 de diciembre, me transmitirán una entrañable sensación familiar, pero no lograrán borrar el ardor del murmullo que nace dentro de mí y me dice que todo podría ser de otra manera y que yo no puedo hacer nada para contribuir a lograr "esa otra manera".

Y es que hay tanto maldito asesino suelto que dan ganas de encerrarlos a todos en un zulo y hacerles sufrir por todas las atrocidades que cometen en nombre de unos ideales que no justifican la vida de ninguna persona.

Sean ideales de independencia territorial...

... ideales de reclamo y venganza religiosa...

... actos de celos contra la pareja...

Hay tanto ser humano al que le quitaría el derecho a vivir, que me arrepiento con sólo pensarlo...

3 comentarios:

  1. "Hay tanto ser humano al que le quitaría el derecho a vivir, que me arrepiento con sólo pensarlo..."

    Vaya, vaya, vaya... nuestro Pichu se radicaliza! (Huracáaannnn!!! vale, me dejo de coñas)

    La verdad, en cierto modo me sorprende esta frase de tí, porque sueles tener reparos en llegar a ese tipo de extremos. Pero no puedo estar más de acuerdo. No obstante, citaré a Gandalf:

    "Muchos de los que viven merecen morir y algunos de los que mueren merecen la vida ¿Puedes devolver la vida? Entonces no te apresures a dispensar la muerte, pues ni el más sabio conoce el fin de todos los caminos."

    Ahí queda. Por cierto, ¿lo tuyo era también una cita? Lo digo por la cursiva...

    No desesperes, la labor diaria de una buena persona para con sus prójimos ya es una parte de cambiar el mundo.

    Un saludo!
    Adán.

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  2. Mira que me acordé en su momento y dije: "Tengo que felicitar a Pichu", pero de verdad que esta semana estoy que no estoy, tío...

    Y no, no se puede hacer nada... Pero bueno, oye, somos ejemplo de no-violencia y no hacemos nada de ese tipo, creo que ya es algo.

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  3. Adán: la frase es mía, vamos, más que mía -porque no es una cita- es lo que yo siento.

    Suelo tener reparos en llegar a extremos como el de querer asesinar. Y... bueno, los sigo teniendo, pero hay días que me levanto con el pie izquiero y cuando se me acumulan los odios que siento por diversos tipos de escoria que circulan por el mundo -refiriéndome por escoria a todo tipo de asesinos- no puedo evitar sentir cosas de las que, en el fondo, me arrepiento. Y no sólo en el fondo, la verdad. Sé que el post de hoy era un poquito fuerte, pero a la pena que siento por este tipo de cosas, se une el enfado, la ira, el odio, el deseo de venganza... Y me siento un poco hipócrita porque lo único que hago es escribir, escribir, escribir... ¿qué arreglo? Nada, sólo escribo, escribo, escribo...

    Superlayo: perdona por copiar tu peculiar estilo para responder a los comentarios.

    No tienes por qué felicitarme, tranquilo! Si se te pasó, se te pasó.

    "Tenemos la no-violencia"... lo siento, tíos, de verdad, pero con eso siento que no tenemos nada más que una virtud que no puede hacer frente a todo lo que hay en el mundo...

    La cita de Gandalf es muy buena. De hecho, no somos nosotros los hombres quienes debemos decidir sobre el derecho a la vida que tienen otros hombres...

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