LA SEMIFINAL FRATRICIDA ENTRE RAFA NADAL Y FERNANDO VERDASCO SE SALDA CON VICTORIA PARA EL NÚMERO UNO DEL MUNDO; UN PARTIDO ÉPICO QUE MANTUVO LA ATENCIÓN DEL PÚBLICO DE LA "ROD LAVER ARENA", LLEVADA AL ÉXTASIS TRAS MÁS DE CINCO HORAS DE EMOCIÓN Y CINCO IGUALADÍSIMOS SETS; UN ENFRENTAMIENTO HISTÓRICO DE DOS JUGADORES ENTREGADOS AL ESPECTÁCULO HASTA LA ÚLTIMA BOLA.
No obstante, injusto final para Fernando Verdasco, quien se mantuvo vivo y con más de una opción de victoria hasta que una doble falta le daba el punto de la victoria a su rival y compañero Rafa Nadal.
No hay mucho que decir que no se diga mañana en los diarios deportivos sobre el partido. Las palabras como soberbio, espectacular, emocionante, tenso, vibrante, disputado, e histórico son tal vez algunas de las que nos podremos encontrar cuando leamos crónicas y descripciones sobre el partido. Y lo cierto es que, pese a todo, nos quedaremos cortos.
En el partido de hoy hemos podido ver, de primera mano y en un escenario de lujo (una "Rod Laver" entregada), que la calidad técnica de Rafa Nadal es, con mucho, una de las mejores que se pueden encontrar en el circuito tenístico actual; un abanico de golpes de lo más variado, capacidad para dar endiablados efectos a sus golpes, liftados imposibles, y todo ello sumado a su gran poderío físico. No es número uno tan sólo por ese poderío, sino por un juego pulido con los pocos años de experiencia que tiene.
Pero además, Fernando Verdasco se ha unido desde el principio a la fiesta de las semifinales y no se ha dedicado a disfrutar de lo logrado; ha querido más y ha luchado por un pase a la final hasta que, de una manera más bien injusta, el partido llegaba a su fin. Su juego sólido, sus golpes al fondo de la pista, sus voleas en la red, su gran servicio, le han permitido llegar con opciones de victoria al quinto set; cinco horas dando guerra al número uno del mundo y reafirmando su juego ante el público australiano en las gradas y de todo el mundo por las televisiones.
Gran día para el tenis, para el tenis español y para el tenis mundial. Cinco horas bien aprovechadas para quienes han seguido el partido en directo desde el principio hasta el final. En mi caso, que lo he seguido desde las once y media de la mañana cuando estaba terminando el segundo set, sí que han sido aprovechadas; mediado el tercer set no dejaba de llevarme las manos a la cabeza con cada uno de los puntos que estos dos grandes tenistas se disputaban; en el cuarto set tuve que ponerme a saltar porque el duelo se dirimía en un verdadero "tú a tú" donde cada jugador mejoraba sus golpes punto tras punto; en el quinto set sonreí sabedor de haber presenciado uno de los mayores espectáculos de la historia del Open de Australia. Al final, me quedó una cara extraña cuando Fernando Verdasco cometió la doble falta que le daba el partido para Nadal.
Sin embargo, los finales no son justos para todos... y uno de los dos tenía que ganar. Así pues, será Rafa quien se enfrente a Roger Federer el domingo en la final del primer Grand Slam del 2009.
"Continúa la Edad de Oro de nuestro deporte..."
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