19 de octubre de 2010

Casi Ángeles

Una vez más los amigos del Blog del Bressol Verd-i-Negre y yo colaboramos en la publicación de un artículo conmemorativo de uno de los partidos que, aun siendo amistoso, en aquél momento fue un hito. Tuvimos en jaque al todo poderoso Lakers de Magic, con sus reglas y un arbitro suyo ..., el que gritó “¡pelota nuestra!” en la jugada que podría haber forzado la derrota de los amarillos.

Aquí os dejo el artículo, publicado por supuesto en el Blog del Bressol Verd-i-Negre

Entrada original: “Cuando fuimos casi ángeles en París

Esta es la historia de un grupo de jugadores que, en una ocasión por encima de todas las demás, hicieron aún más grande el nombre del Joventut de Badalona.

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Corría el año 1991. El Joventut, poseedor del título de Liga ACB 90/91, fue invitado a participar en el mítico torneo del Open McDonald’s. Esta competición enfrentaba a una potencia de la NBA con otras tres potencias de la FIBA; el cartel para la edición de 1991 estaba formado por el Joventut de Badalona, que se enfrentaría en la semifinal al Partizán de Belgrado, y nada más y nada menos que Los Ángeles Lakers, cuyo rival sería el Limoges francés.

Quiso el destino corresponder a la brillantez deportiva de la Penya con la disputa de una memorable final frente a los Lakers del mismísimo Magic Johnson. La fecha: 19 de octubre de 1991; el pabellón: le Palais Omnisports de Paris-Bercy. En ese momento y lugar, los asistentes serían testigos de lo cerca que estuvo el Joventut de dar una campanada frente a uno de los mejores equipos de baloncesto de la historia.

clip_image004El Joventut se había deshecho con facilidad del Slobodna Dalmacija Split, por aquel entonces muy debilitado por el conflicto que asolaba los Balcanes. Enfrente estarían los Lakers, con Magic Johnson como nombre de una plantilla cuyos apellidos eran Vlade Divac, James Worthy... y una larga lista de nombres a los que, más que derrotar, los verdinegros habrían soñado con poder pedir un autógrafo algún día.

Eleanor Roosevelt dijo una vez: “el futuro pertenece a quienes creen en la belleza de los sueños”. Cuando comenzó el partido, la Penya, soñando, plantó cara e incluso llegó a ponerse por delante con una tímida ventaja de un punto gracias, en parte, a un Villacampa que esa noche encandiló al público parisino. La reacción Angelina no se hizo esperar, y rápidamente los Lakers mandarían con solidez en el marcador... ¡pero no se iban!

Cuando las ventajas rondaban los 20 puntos después de alguna genialidad de “Magic”, los verdinegros, apoyados en el acierto de su capitán, Jordi Villacampa, la dirección de los hermanos Jofresa, y la efectividad de Corny Thompson y Mike Smith, se acercaban de nuevo en el marcador. Así las cosas, al llegar el descanso del encuentro el partido seguía abierto y los Lakers debían saber que, de seguir jugando así los verdinegros, su victoria no estaba para nada asegurada.

clip_image006Los sueños son gratis... y los verdinegros salieron de los vestuarios dispuestos a soñar. Tuvo que ser así porque en la reanudación, Rafael Jofresa colgó un balón en el cielo de la noche parisina... un balón que Mike Smith se encargó de recoger para machacar el aro, finalizando un alley hoop que cogió por sorpresa a todos, asistentes, jugadores y comentaristas. ¡La Penya quería ganar el partido!

Sin embargo los Lakers volverían a abrir la brecha en el marcador, aprovechando numerosas jugadas de 2+1. Pero el Joventut, a pesar de todo, nunca se rindió, y con un juego alegre y al contraataque se acercaba una y otra vez. La Penya apeló a la épica para acercarse en el marcador a dos minutos del final. Carles Ruf lideró la remontada badalonesa y anotó la canasta que establecía el esperanzador 114-116 a tan sólo un minuto del final del encuentro.

Había partido.

En juego estaba, por un lado, el orgullo de los norteamericanos; por otro, y no menos importante, que la palabra Badalona quedara ya para siempre asociada con una de las derrotas más sorprendentes e inesperadas de uno de los equipos más emblemáticos de la NBA.

clip_image008El balón, convertido en una esfera humeante, era de los Lakers... ¡que perdían la posesión! ¡La Penya, 60 minutos de juego después, jugaba para ponerse por delante y tener todas las opciones de ganar el partido! La botaba Rafa Jofresa. Pedro Barthe en la tribuna de comentarista para TVE estaba visiblemente emocionado. El balón llegaba a las manos de Carles Ruf, quien no se lo pensó (¿quién dijo miedo? ¡no se podía escatimar!) y lanzó el balón cerca del aro. Fue el tiro de la gloria... pero no entró.

En el rebote llegó la jugada polémica que a buen seguro todos recordaréis. ¿Para quién era el balón que se fue por la línea de fondo...?

19 años, una ACB, una Copa de Europa, dos Copas del Rey, una Copa Uleb y una FIBA Eurocup después de aquello... da igual que la respuesta sea una cosa u otra. La victoria final fue para los Lakers por 114-116. Ruf tiene el honor de haber sido el último jugador que anotó una canasta en tan mítico e irrepetible enfrentamiento.

clip_image010Los verdinegros jugaron como ángeles en una noche de baloncesto que no olvidaría nadie que la viviera; pero en la pista ya había unos “Ángeles”, y los verdinegros fueron unos héroes, héroes que a punto estuvieron de culminar una gesta que habría resultado demoledora para la historia del Joventut y de todo el baloncesto.

Tras el partido, Villacampa expresó de manera magnífica el sentir general: “Ayer nos hubiéramos conformado con esto, pero ahora ya nos sabe a poco”. Y Mike Dunleavy –quizá exagerando, quizá no...- premió a los verdinegros con unas palabras dignas de ser recordadas eternamente:

 

Si siempre jugaran así, podrían estar en la NBA

NOTA: las palabras de Villacampa y Mike Dunleavy, así como la mayoría de los datos expuestos están muy condicionados por la lectura de la crónica de este partido que aparece recogida en el libro “1994: el año en que el Joventut alcanzó la gloria” (de Justo Conde & José R. Ramos, “edimestre Serveis Editorials”, 1ª edición –mayo de 1994). Por ello pido disculpas si el contenido de mi artículo se llega a corresponder en algunos momentos con el contenido de la crónica.

Asimismo, todas las imágenes del artículo están extraídas de la propia página web de la Penya.

Además, creo conveniente señalar que cuando se disputó este partido yo no lo vi, apenas tenía 4 años y no estábamos en casa. Así las cosas, no hace mucho que disfruté del visionado de tan memorable momento: lo vi una tarde tal como la de hace cinco años. Y a pesar de eso, del tiempo que había ocurrido y de ser, en cierto modo, algo “ajeno” a mi vida, se me pusieron los pelos de punta en determinados momentos del encuentro.

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Y ahora que lo hemos recordado… ¡no dejéis de comentar y visitar el Blog del Bressol Verd-i-Negre!

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