Leo que la revista norteamericana “Foreign Policy” ha elegido a José María Aznar como uno de los cinco peores presidentes de la historia. (Artículo: “Bad Exes”, por Joshua E. Keating)
No me parece una elección adecuada. Se supone que un presidente, en fin, que cualquier persona responsable de una institución pública, cada uno en su nivel, debe trabajar por el bien y la prosperidad del país, del Estado para el que trabaja. ¿No es irónico que el presidente que nos llevó a uno de los momentos más prósperos de nuestra historia esté en una lista como uno de los peores presidentes de la historia?
Otra cosa es que la valoración sea por una decisión en concreto. La parte del artículo de Joshua E. Keating referente a Aznar tarda seis líneas en nombrar “Guerra de Iraq”. Es decir, he tardado seis líneas en comprender el por qué de esa elección. En decir: “aaaaaay amigo”. Creo que por encima de la valoración de la labor de Aznar siempre estará aquel error.
Por otro lado creo que el nombramiento es bastante irrelevante, pues a estas alturas poco importa ya qué digan o dejen de decir de Aznar. Creo que es una persona de la que he oído de todo: lo mejor y lo peor. A estas alturas los que crean una u otra cosa no van a cambiar de opinión porque una revista le nombre entre los cinco peores presidentes (a su criterio) o le elija entre los cinco mejores (bajo su punto de vista)
Ahora bien.
Que teniendo como tenemos al impresentable de Moncloa levantándose cada mañana para hundir más en la miseria a este país, sea otro el elegido como uno de los peores presidentes de la historia me resulta ofensivo.
Pero bueno…
Gracias a Zapatero nuestras tropas no mueren ni matan en Iraq.
Lo hacen día tras día en Afganistán.
Gracias a Zapatero España es más fuerte y afronta con más seguridad su futuro.
Educando a los niños del siglo XXI con el rencor de los errores del siglo XX.
Gracias a Zapatero nuestra economía sigue en Champions.
Sentada en el banquillo mientras las demás SÍ juegan.
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