20 de octubre de 2013

Si tiemblas, fallas.

Cae la noche en Niza.

Es de esas tardes en las que la temperatura ha cambiado de repente y lo que ha sido un bochornoso día de otoño se ha convertido en una fría y húmeda noche de Octubre. Como el viento que cambia de repente y lo que estaba siendo una travesía agradable se convierte en la peor de las tormentas. O quizá, no sea para tanto. Es momento de reposar un poco la cabeza, en este domingo que cierra una semana mentalmente agotadora.

Me he acordado de cuando mi padre me enseñó a jugar al tenis, había dos frases que repetía constantemente: “Mira bien la pelota” (pon atención en lo que haces) y “Coge fuerte la raqueta” (confía en tí mismo). Cuando jugamos al tenis, tan pronto un golpe sale a la perfección, como al siguiente raquetazo hacemos “n’importe quoi” y la pelota termina allá por el Quinto Pino. El caso es que hoy me he acordado de la frase de “Coger fuerte la raqueta”.

cogefuertelaraqueta

Al practicar un deporte hay una serie de ejercicios que se repiten, como al dedicarse a cualquier disciplina. Primero se aprende lo que hay que hacer por partes, luego se tiene una visión de conjunto, y después se comienzan a emplear los conceptos aprendidos. El tenis es así: consiste en “mirar bien la pelota” y repetir, repetir, repetir los movimientos hasta la saciedad. Hasta que se coge la mecánica y luego pueden empezar a ejecutarse los golpes con más o menos solvencia. Como todo lo que nos han enseñado en la vida para el día a día…

La pelota del adversario se acerca, comienzo a desplazarme y algo se desata en mi interior; el reflejo de buscar el bote y desplazarme automáticamente unos metros por detrás de ese punto; buscar el mejor momento para golpear la pelota, analizando la velocidad, la altura, si hay viento, todo en apenas unas décimas de segundo. Y todo ello no sólo en el tenis sino también en el día a día, buscando la mejor manera de hacer las cosas, anticiparme, resolver problemas. En el momento de golpear la pelota debo estar seguro de que sé hacerlo lo suficientemente bien para coger la raqueta lo bastante fuerte como para golpearla bien.

Pero a veces, muchas veces, fallo. Supongo que es normal. Y no es un fallo de ejecución, no. Es un fallo por “no coger fuerte la raqueta”. Por no creer en lo que hago lo suficiente como para que su ejecución sea tan perfecta como mi entrenamiento es capaz de lograr. Hay ocasiones en que veo la pelota venir, comienza el proceso de análisis y en el momento más importante la muñeca se vuelve blanda. En el momento en el que más seguro he de estar, mi mano no está segura de que vaya a funcionar. Y la pelota cae en ninguna parte…

Se acerca una pelota de esas que exige concentración y relajación suficiente para acordarme de coger fuerte la raqueta en el momento más importante. ¿Seré capaz?

No hay comentarios:

Publicar un comentario