12 de octubre de 2013

Un día tal que el 12 de Octubre

Ayer estuve actualizando el libro de consignas de la recepción, añadiendo los días del calendario que faltaban (es lo que tiene trabajar con un cuaderno normal en vez de con una agenda). Y así me tocó añadir 10 de Octubre, 11 de Octubre, y 12 de Octubre… bajo el cual no pude resistirme a escribir “Día de la Hispanidad” (añadiendo una pequeña exclamación amistosa para que el respetable francés no me considere un invasor hostil…)

Hoy es día 12 de Octubre, el día del Desfile por Madrid, el Día de la Hispanidad, que algunos en su momento gustaron en llamar de otra forma bastante más rocambolesca. Es la tercera vez que paso este Día fuera de España, y no sé si al resto (que somos unos cuantos) de los que se encuentran más allá de la Península les resulta tan extraño como a mí.

Los patriotas y el mérito de quedarse

Deshilando la madeja de este pensamiento, encontré una reflexión que circula por mi cabeza desde que hace un año, nueve meses y once días un Iberia se posó de nuevo en el aeropuerto Nice Côte d’Azur. Muchas veces, en el trabajo, tomando algo… .me preguntan si estoy aquí en Francia por la crisis. En ese momento respondo con normalidad que yo no me vine aquí por la crisis. Que yo elegí la profesión que me gustaba y que estoy aquí para descubrir y tener la oportunidad de trabajar en el extranjero. Y ese matiz me parece importante porque, aunque sí es cierto que si la situación no fuera tan grave me estaría planteando volver más seriamente… Eso, en realidad, no lo sé. El contexto es el que es y evaluar un escenario en el que todas las variables serían distintas es un análisis que no tengo ganas de hacer.

En cambio, hay otros que se van o que se han ido porque no les ha quedado más remedio. Porque han visto que todas las puertas estaban cerradas. Hay otros españoles a los que España les ha dicho que no había sitio para ellos. Ese caso es distinto... y es muy triste.

Y por último, sé (y ustedes también lo saben igual que yo) que hay quienes están tratando de quedarse por encima de todo y contra todos. Sean cuales sean los intereses que les muevan para quedarse, hay unas cuantas personas que no desean marcharse y que así lo muestran. Y eso, en mi opinión, tiene un enorme mérito.

Creo que esos, los que se quedan, son bastante más patriotas que los que hemos decidido probar la “droga” de vivir en el extranjero… bastante más patriotas que los que decidimos abandonar el barco y a quienes se quedaron a las duras y a las maduras. Tal vez no estén absolutamente de acuerdo en que los que se quedan son más patriotas que los que se van, pero reconózcanme al menos que tienen más mérito.

El patriotismo y los franceses

Me toca ir terminando la reflexión de hoy. He visto en las noticias que se ha llamado nazis a los políticos que han manifestado su voluntad de participar en las concentraciones que buscan defender, precisamente, el hecho de ser español, contra quienes… ya saben. A veces, desde la distancia, abro el periódico y pienso “qué bien que todo sigue igual que estaba hace casi dos años”. Los mismos tipos de insultos, las mismas discusiones inútiles de siempre.

Hay una cosa que admiro del país en el que estoy: con sus clichés de frialdad y pretenciosidad, valoro mucho la capacidad que tienen para considerar que las cosas importantes, ya saben, las materias de Estado, hay que resolverlas “juntos”. Es hora para Francia de pensar medidas que ayuden a esquivar definitivamente el bache por el que su economía está pasando de un tiempo a esta parte. En este momento, Francia no se plantea su modelo territorial, ni su modelo educativo, ni su modelo de transportes… por citar tres un poco a la carrera y sin pensar demasiado. Tomarán decisiones fiscales más o menos acertadas, elaborarán planes que tendrán más o menos éxito… pero lo harán juntos y cuando todo pase podrán decir que, a pesar de todo, lo intentaron.

Hoy, en este 12 de Octubre, me pregunto ¿en qué punto estamos nosotros al respecto? No me vengan con la excusa de la madurez de la democracia francesa:  no es más maduro quien puede sino quien quiere, y a veces no es una simple cuestión de edad.

“Cuando estoy en tierra extraña y contemplo tus colores…”

Tres años después de vivir mi primer 12 de Octubre de 2013, ocupo el estatus de Expatriado. Mis impuestos, producto de mi trabajo, se quedan en Francia. Y mientras cae la noche en Niza, me pregunto si algún día todos los que se han ido sin querer marcharse podrán volver…

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