En el capítulo anterior... contaba, en el quinto capítulo de esta serie, cómo la URSS había logrado adelantarse a EEUU siendo la primera en colocar a un hombre en el espacio, fuera de la nave que lo había llevado hasta la órbita terrestre; este pionero cosmonauta fue Alexei Leonov, el primer hombre de la historia que realizó un paseo espacial; recordemos, además, que Korolev falleció en 1966, dejando huérfano el programa espacial soviético. Hoy veremos que las miras del hombre para 1966/1967 se elevaban más allá de nuestra propia atmósfera y buscaban alcanzar la Luna. También veremos cómo se produjeron las dos primeras catástrofes de esta era. Todo ello, a continuación...
Capítulo seis: Objetivo: la Luna
Una vez que la NASA dio por finalizado el proyecto Géminis, von Braun se dedicó por entero a diseñar un ambicioso programa espacial que permitiese alcanzar el objetivo que el presidente Kennedy prometió para el pueblo norteamericano a principios de los años 60: colocar a un hombre en la Luna antes de que esta década terminase. De esta forma comenzó el más conocido que los anteriores programa espacial Apolo; se considera este programa como uno de los triunfos más importantes de la tecnología moderna, incluyendo novedades como el sistema que permitía el encuentro y acople con otra nave en órbita lunar (LOR, Encuentro de Órbita Lunar), sistema que aumentaba la peligrosidad pero requería menos dinero para su implementación. El modulo lunar de las naves Apolo fue diseñado para volar en el vacío sin ninguna capacidad aerodinámica. Este módulo estaba unido al módulo de comando y al módulo de servicio, y se separaba de éstos en el momento en que debía descender a la Luna con dos astronautas a bordo; las misiones Apolo complicaban las actividades que los operadores del Control de Misión desempeñaban en tierra: hasta ahora habían tenido con controlar las trayectorias de dos naves, mientras que a partir de ahora, tendrían que controlar dos. Además, los astronautas que volarían en estas misiones se sometieron a un duro entrenamiento de casi 84.000 horas, entre simulaciones de gravedad lunar, expediciones de geología en diferentes regiones de la Tierra, incluyendo volar en el vehículo de entrenamiento para practicar el aterrizaje lunar.
Con el inicio del programa del Apolo vino la primera tragedia espacial importante de estos años:
en 1967, durante una prueba de los sistemas del módulo de comando del Apolo se produjo un incendio que no pudo ser extinguido. El fuego se cobró la vida de Guss Grissom, Ed White y Roger Chafee; investigaciones posteriores al accidente revelaron que el incendio se había originado como consecuencia del oxígeno puro al 100% que entró en combustión con una chispa que se produjo debido a un cortocircuito en uno de los paneles de control de la nave. Los ingenieros de la NASA, después de este grave accidente, se vieron obligados a rediseñar casi por completo el módulo de comando para poder garantizar la seguridad de los tripulantes en futuras misiones, por lo que la primera misión tripulada Apolo no tuvo lugar hasta octubre de 1968, cuando el Apolo 7 realizó una misión de prueba que resultó ser exitosa. La siguiente misión, Apolo 8, tuvo lugar en diciembre de aquel mismo año, y su objetivo era dar una órbita alrededor de la Luna y volver a Tierra; esta misión fue un éxito y fue la primera que empleó el cohete de tipo Saturno 5. Ya en 1969, en el mes de marzo, Apolo 9 realizó el primer examen del módulo lunar, que fue completado con éxito. En mayo, Apolo 10 hizo un ensayo de separación de LOR (encuentro en órbita lunar) que se realizó con éxito. Y finalmente, el 20 de julio de 1969 fue lanzado el Apolo 11, con Neil Armstrong, Buzz Aldrin, y Michael Collins a bordo, cuyo objetivo era realizar el primer descenso lunar.
Pero, ¿y la Unión Soviética? Tras la muerte de Korolev, ¿qué sucedió con el programa espacial soviético? Que se vio muy mermado. Los rusos, pese a perder a la cabeza pensante de su programa espacial, siguieron realizando pruebas que les permitieran alcanzar antes que los norteamericanos la Luna. Pero el proyecto Soyuz, que tenía ese objetivo y estaba bajo el mando de Vassili Mishin, presentó numerosos fallos en muchos de sus vuelos. En abril de 1967, Soyuz 1 despegó tripulado por el astronauta Komarov, y realizó un vuelo en el que los problemas para Komarov no dejaron de sucederse y tras él se produjo la muerte de este astronauta: uno de los paneles que debía desplegarse no lo hizo, por lo que Komarov tuvo problemas para maniobrar la nave; además, el sistema automático que debía traer de vuelta a la Soyuz 1 no funcionó cuando el control de misión soviético decidió hacer regresar a su astronauta, por lo que el regreso tampoco fue una tarea fácil: el paracaídas principal de la nave no se desplegó automáticamente, el paracaídas de emergencia se enredó con un paracaídas de frenado, y la nave de Komarov se estrelló contra el suelo; el fallecimiento de Komarov en este terrible accidente retrasó el desarrollo del programa Soyuz hasta octubre de 1968. En esa fecha, Soyuz 3, tripulada por el astronauta Beregovoi, debía atracar con la nave no tripulada Soyuz 2; la misión no tuvo éxito. Posteriormente, en enero de 1969 las Soyuz 4 y 5 consiguieron atracar mutuamente. Khrunov y Yeliseyev, tripulantes de la nave Soyuz 5, pasaron a la Soyuz 4, donde les esperaba su camarada Shatalov. A bordo de la Soyuz 4 Volynov se quedó sólo, y realizó una de las reentradas más espectaculares de la historia espacial: el motor principal debía separarse del resto de la nave para realizar esta maniobra, pero no sucedió así, por lo que Volynov se vio obligado a volver a Tierra con él... la consecuencia fue que la posición de la nave para reentrar resultó ser muy diferente a la que debía haber sido, justo boca abajo. Tras un aterrizaje muy aparatoso (durante el cual se produjo al fin la separación del motor principal de la nave) Volynov salió con vida pero perdió varios dientes. Después de esta maniobra tan compleja se realizaron los vuelos de la Soyuz 6, Soyuz 7, y Soyuz 8; sin embargo, los encuentros y atraques orbitales fracasaron. La Luna se alejaba para los soviéticos, que desde la muerte de Korolev habían abandonado la cabeza de la carrera espacial...
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