4 de diciembre de 2007

Odiosas comparaciones odiosas

Como llevo pensando desde hace un mes una idea que hoy he visto expuesta en la revista de baloncesto Gigantes, con la profesionalidad propia de los periodistas que trabajan para este semanal, no puedo sino hacer una mínima referencia a ella y exponer mi opinión al respecto.

En el número de esta semana, Gigantes publica un pequeño reportaje sobre las cualidades que ha mejorado Ricky Rubio desde que hace tres años debutara en la liga ACB con la primera plantilla del DKV Joventut. Y es que el nombre de Ricky Rubio es ya un caso de características únicas, no sólo para el baloncesto español sino para todo el mundo del deporte de la canasta en general, y su nombre marcará (si no lo ha hecho ya) un antes y un después en la historia del baloncesto.

Ricky, el niño de 17 años que cada día, cada semana, partido tras partido, va dejando de ser un niño para convertirse en un adulto, encanta a todo el que lo ve. Su actitud en la pista, su manera de controlar el balón en los momentos en que su equipo necesita calma, su forma de entenderse con la explosividad de Rudy Fernández y la forma con la que toda la plantilla se integra a su alrededor, y además, su deportividad y su madurez para la edad que tiene destacan y son detalles que no pasan desapercibidos para los que ya le han visto jugar. Sus cualidades técnicas son espectaculares, su dominio del balón es, sencillamente, genial; además, la envergadura que le otorgan sus enormes brazos le dota de una capacidad para defender a sus rivales y robar balones hasta que éstos desesperan; y, por último, su mecánica de tiro, objeto de crítica para aquellos que nunca han soportado ver los colores que viste este chaval y motivo de preocupación para los que sí entienden este deporte, ha mejorado de forma notable desde la temporada pasada. Después de cada entrenamiento Ricky se queda tirando a canasta para perfeccionar su técnica y ganar confianza; antes, tenía un tiro lento y rudimentario; poco a poco va desarrollando un tiro más perfeccionado y ahora mismo, aunque conserva sus 'dejes' a la hora de lanzar a canasta, los lanzamientos que hace tanto de tres, de dos, en suspensión, más cerca o más lejos del aro, son mucho más eficaces.

Pero no es mi objetivo describir las cualidades de Ricky, que no son pocas (aunque es cierto que ya lo he hecho). Lo que quiero decir es que sorprende cómo los medios de comunicación tratan el tema Ricky. Sucede que, paralelamente, se ha producido otro fenómeno en el fútbol español: el joven jugador serbio nacionalizado español Bojan, que parece (porque no estoy muy puesto en el asunto) que se trata de un verdadero jugadorazo que suena ya para la Selección.

Sin dudar de las cualidades que le otorgan a Bojan, me molesta cómo la prensa y la televisión hace uso de Ricky y Bojan para establecer comparaciones sin sentido. Hace poco fueron los premios AS del deporte, siendo candidatos Ricky y Bojan, y fue éste último quien recibió el premio; si Ricky y Bojan son dos jugadores diferentes de, además, dos deportes diferentes que en lo que a impacto mediático se refiere nada tienen que ver, ¿qué necesidad hay de tratar a Ricky como el 'Bojan del baloncesto' o a Bojan como el 'Ricky del fútbol? ¿Qué tendrá que ver uno con el otro? Aquel se dedica al baloncesto y además lo hace de forma impecable; el otro juega al fútbol y (por lo que dicen) tampoco lo hace precisamente mal. Bueno, pues ya está, cada uno en dónde está y lo que es, no tiene por qué ser uno la personalización del otro y viceversa.

Otro motivo que me llama la atención es cómo la prensa internacional relacionada con el baloncesto ha tratado el tema de Ricky conforme pasan los meses. No he leído mucha información pero sí he ojeado algunas portadas y titulares, y la verdad que uno puede quedarse sorprendido. ¿Por qué? Pues porque no sería la primera vez que comparan a Ricky con Magic Johnson, Drazen Petrovic o incluso... ¡Steve nash!. Para aquellos que no lo sepan, que deben ser varios, Magic Johnson es un mítico jugador de la NBA que se retiró en los años 90 por ser portador del virus del SIDA; era famoso por la genialidad con la que daba los pases a sus compañeros para que éstos anotaran. Drazen Petrovic es un mítico jugador croata que jugó un año en el Real Madrid de los años 80 antes de irse a la NBA; su caso es similar al de Ricky Rubio porque todas las metas que fue consiguiendo las logró con una edad muy prematura. Steve Nash es un jugador que actualmente juega en la NBA en el equipo de Phoenix... y si no me equivoco una de sus principales cualidades es también la de ser un gran pasador.

Muy bien, hay muchos jugadores cuyos nombres han hecho historia en el baloncesto. Pero, ¿por qué compararlos? ¿Por qué Ricky tiene que ser el 'nuevo Magic'? El hecho de que el joven jugador verdinegro disputara sus primeros partidos en el Joventut con el dorsal 32, el de Magic, no creo que sea motivo suficiente para tener que limitar la importancia de Ricky a ser el 'nuevo Magic'. Ricky Rubio es Ricky Rubio; un jugador es único, no sólo por la personalidad de cada uno, que es única, sino porque se rodea de un ambiente, un entorno y una época que lo hacen únicos; sería estúpido preguntarse si el baloncesto que practicaban Magic Johnson o Drazen Petrovic tendría cabida en el básquet actual. El baloncesto no es algo estático e invariable, sino algo que con los años cambia constantemente, por lo que es inútil saber si las cualidades que hicieron grande a un jugador hace 20, 30 o 40 años le servirían de algo hoy; y por todo ello no aporta nada desde el punto de vista informativo decir que Ricky sea como el 'nuevo tal' o el 'heredero de cual'. Ricky (si no lo es ya) puede llegar a ser un gran jugador de baloncesto sin necesidad de 'ser como'; si llega a ser grande, él será grande, pero no como nadie, sino como él solito, con su carácter, su juego, y sus capacidades.


Y EN OTRO ORDEN DE COSAS...

... en Oviedo ya podemos disfrutar de la iluminación navideña!!! En algunas calles la verdad es que está muy chula, aunque por otro lado, hay calles en las que uno no sabe si está en navidades o...

LO QUE NO OS DEBÉIS PERDER...

... el cuarto capítulo de La Carrera Espacial

... y los tres artículos que he publicado entre ayer y hoy

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