... hacía falta que lloviera. ya lo decía yo en febrero. También decía que lo que no había llovido hasta entonces (hasta febrero) tendría que lloverlo en algún momento, al menos en Asturias, ya que siempre sucede así.
Y por lo que nosotros mismos hemos podido comprobar, nuestros ruegos han sido sobradamente escuchados. El mes de marzo y el mes de abril aquí en Asturias han pasado con largos días de intensa lluvia. Porque mira que ha podido llover, un día, y otro, y otro; con agua fresca, limpia, nueva, para renovar los embalses, los depósitos, revivir las flores, los árboles, refrescar nuestro aire, nuestro ambiente.
Lluvia fina, suave o intensa, orballo, tormentas, chaparrones... al final... agua, que es de lo que se trataba y todos queríamos (incluso yo... con lo poco que me gusta)
Parece que tal y como lo estoy escribiendo parece que esto es un chip que cambia y de ahora en adelante no va a volver a llover. Nada más lejos de la realidad, que sé de sobra que las lluvias vienen y van... pero es que hacía mucho tiempo, muchas semanas, que no podía disfrutar de un bonito atardecer a la salida de clase. Y la lluvia tiene su hermosura...
... pero yo no lo puedo comparar con esto otro.
Fotografía tomada la tarde de ayer, 23 de abril de 2008, junto al estado Nuevo Carlos Tartiere (Oviedo)
Haciendo click sobre la imagen accederéis a una galería que tengo con más fotos del sol.
Ni siempre llueve ni se puede estar toda la vida llorando y lamentándose.
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