1 de junio de 2009

MUY HISTORIA, nº 23 / 2009

“Las 50 fechas de España”
Y la última es para el 11 de marzo de 2004

Hay un artículo muy interesante en este número y es el que cita las conclusiones de una serie de expertos en Historia de España a quienes se ha preguntado por las fechas más significativas de la historia de nuestro país.

De las 50 fechas más señaladas hay un podio formado por cinco, que son:

- 12 de octubre de 1492: Descubrimiento de América
- Agosto 218 a.C: Entrada de los romanos en la Península Ibérica
- 19 de julio de 711: Batalla de Guadalete, comienzo de la invasión islámica
- 18 de julio de 1936: Levantamiento militar contra la Segunda República
- 6 de diciembre de 1978: Aprobación por referéndum de la Constitución Española

A este podio le acompañan 45 días importantes más que han marcado, de algún modo y según la opinión de estos expertos, nuestra historia.

Un dato relevante, que es el que por encima de todo lo demás quiero resaltar para este artículo, es que esta pequeña biografía de la historia de España termina –de momento- en una aciaga jornada: la del 11 de marzo de 2004. ¿Cuál fue mi sorpresa cuando abrí la revista y descubrí que mi opinión al respecto coincide con la de estos expertos? Ninguna, pues realmente pienso: ¿ha habido día más importante en nuestra vida desde entonces? ¿Ha ocurrido algo de más trascendencia que la de los atentados de aquella mañana? Lo sorprendente sería que, o bien no estuviera esta jornada entre las más importantes para la historia, o bien figurara en otro lugar que no fuera el último; creo que desde entonces en nuestro país no ha ocurrido nada más importante que los atentados del 11 de marzo como para ser incluido en un lote de 50 fechas trascendentales. Tal vez no sólo por la dimensión del atentado y el grado de drama que alcanzó en aquel momento; sino por el devenir de los acontecimientos en España desde entonces, devenir que aún hoy se encuentra condicionado por tan triste suceso.

El artículo termina así:

Finaliza nuestro calendario en el siglo XXI, con el atentado de Al-Qaeda en Madrid. Es una triste fecha que, sin embargo, demostró la personalidad y madurez de la España actual, muy alejada de aquella balbuceante Península de hace 3.000 años.

Lo primero, destacar la inexactitud de referirse a Al-Qaeda como responsable de los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid; sí, hay una serie de condenados como responsables de estos atentados (amén de una marea de absoluciones y “apariciones” repentinas en cárceles de Marruecos de terroristas a quienes se daba por muertos en Iraq), pero los atentados del 11-M no se atribuyen, en su Sentencia, Al-Qaeda.

Y lo segundo y lo que más me ha llamado la atención: ¿qué personalidad y madurez mostró España no sólo en aquel momento sino desde entonces? Porque yo me pregunto: ¿dónde está la personalidad de una sociedad que se deja manipular tan vilmente por los políticos y por algunos medios de comunicación para convertirse en una marioneta que, en lugar de respetar el silencio y el luto por los muertos, sale a berrear consignas políticas en medio de un caos humano, de un esperpento político y de una catástrofe terrorista? ¿Dónde está la madurez de una sociedad que experimenta más alegría y sosiego por la satisfacción electoral, que dolor y tristeza por la pérdida injusta de vidas humanas? ¿Dónde está la madurez de una clase política que se olvidó de buscar la verdad sobre los atentados?

Sí, el 11 de marzo de 2004 es la última –hasta el día de hoy- de las fechas que cambiaron la Historia de España. Desgraciadamente yo lo veo como un día en el cual el comportamiento de nuestra sociedad debería ser motivo de reflexión, más que motivo de orgullo.

Porque hablar de personalidad y madurez para referirse a la sociedad española los días 11, 12, 13 y 14 de marzo, me parece, salvo excepción, mucho decir.

1 comentario:

  1. Por fin con dos minutos para escribir... artículo muy interesante pero para mi las fechas que se podrían citar son muchas más ya que aunque suene muy filosófico hoy somos reducto de todas ellas de una u otra manera, si alguna de ellas no hubiera sucedido o hubiera sucedido de otra forma no seríamos lo que somos, quien sabe si mejor o peor.

    Un saludo

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