17 de diciembre de 2010

Un año sin fin (III)

An’ when your back’s against the wall

Just turn around an’ you will see

I’ll be ther to catch your fall

So have a little faith in me

(John Hiatt – “Have a little faith in me”)

“Saborea TUS triunfos”

Una mañana de junio de 2010 me desperté con una tensión que ya era habitual… tenía la tranquilidad de haber terminado los exámenes y el nervio de quien está esperando los resultados. Nervio de quien espera esos resultados.

Por no entrar ahora en una narración épica de lo que las paredes del pasillo de mi casa vieron y oyeron cuando me dieron la última nota de la carrera (cuando Nocioni falló su lanzamiento en 2006 fue la segunda vez que más grité por casa en toda mi vida) voy entrar en un par de detalles que, con el paso de los meses y la adquisición de una cierta perspectiva, puedo describir.

No os voy a mentir, queridos lectores. Vaya por delante que las conclusiones que traigo hoy a colación ya se las dije a una persona muy cercana… pero hoy quiero compartirlas pues por aquí es distinto y, ¿quién sabe? Quizá alguien las encuentra útiles o le resultan interesantes.

En junio me sorprendió la cantidad de personas que acudieron a felicitarme al enterarse de mi Licenciatura; me hizo sentir especialmente orgulloso y reconocido.

Pero después de todo el “ruido” (en el buen sentido) y el jolgorio de las felicitaciones, las emociones y las enhorabuenas (noches –muchas- de celebración y de Graduación incluidas) me quedó una extraña sensación por dentro…

… la sensación de que si diez de cada diez personas estarían dispuestas a dar la enhorabuena cuando las cosas le salen bien a alguien, dos (quizá… ¿tres?) de cada diez estarían dispuestas a hacer el esfuerzo de recordarle a alguien que está pasando por un mal momento lo mucho que vale. Está claro que hay muchos factores más que el mero hecho de “triunfar” o “fracasar”, y también es obvia la importancia de recordar quiénes somos en momentos difíciles… pero también es un lujo contar con personas a nuestro lado que sean capaces de recordárnoslo si nos va tan mal que incluso a nosotros mismos se nos olvida.

Lo cual me lleva a enlazar con otra conclusión, relacionada con nuestras hazañas….

Quizá mañana, querido lector, te levantes y la diosa Victoria esté esperando a la puerta de tu casa (¿Por qué no?) Disfruta esa sensación de alegría por lo conseguido, por lo que ha costado lograrlo; saborea ese instante en el que la adrenalina sube desde el estómago y se transforma en un grito triunfal. Atesora ese momento porque es único y efímero… y sobre todo, porque es tuyo.

Pero nunca jamás olvides que por muy alto que llegues, la Victoria es una diosa caprichosa y amiga de abandonarnos si no la cuidamos.

Nunca jamás olvides que por muy grande que sea la Victoria, lo importante no es llegar sino mantenerse.

En definitiva, en junio de 2010 aprendí que…

Tan importante es una enhorabuena como un “creo en tí” cuando las cosas no van bien…

y el día que triunfes, recuerda…

la satisfacción de lo conseguido no debe ser mayor que las ganas de continuar alcanzando metas.

3 comentarios:

  1. Si, si, Pichu, todo esto esta mb... pero nunca podras contarles a tus nietos que empezaste la carrera un dia que hubo eclipse de sol completo y la acabaste un martes 13 (bueno, lo 1º quizas si)

    :P

    ¡Me gusta mucho tu blog!

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  2. ¿Empezamos la carrera con un eclipse de sol, en serio?

    Hemos hablado largo y tendido de esto, y no se... Quizás es que yo no me encontré un camino tan difícil como para sentir la euforia al final del camino, o directamente tengo la sangre hecha morcilla.

    Es un poco como acabar el bachiller... Fue gratificante terminar, pero no un triunfo especial, quizás porque para mí el fracaso no era una opción, en el sentido de que en mi mente el éxito estaba garantizado.

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  3. Wherynn: muchas gracias, qué bien sienta de vez en cuando que le digan esas cosas :) invitada quedas como siempre a pasarte por aquí y comentar y proponer lo que quieras.

    Superlayo: tienes sangre de horchata (Lo dije, lo digo y lo diré siempre! Y punto pelota!)

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