12 de marzo de 2009

La carta

Hoy por la mañana al abrir el correo me he encontrado con la carta de un lector muy especial. Refleja, prácticamente palabra por palabra, mis sentimientos desde ayer y explica el vacío existencial que siento desde hace unas horas para acá. Él mismo ha sido quien me ha dado la idea de reproducir íntegramente su carta en mi blog. Muchas gracias, Pablo.

Antes querría agradecer al anónimo que ayer decidió no dejar pasar la jornada del 11 de marzo sin comentar nada respecto a mi entrada en recuerdo y memoria de los atentados. Una jornada donde predominó el silencio institucional, que se contagió a la mayoría de una población que prefiere mirar adelante cuando tiene el recuerdo en las estaciones de tren de la manzana de al lado.

UN PAÍS QUE SE AVERGÜENZA DE SÍ MISMO

"Cinco años son suficientes para olvidar. Vivimos en un mundo absolutamente preocupado por "destapar la felicidad", como reza el último anuncio de una conocida marca de refrescos. Tan absolutamente, y tan demasiado obcecados en lograr esa supuesta felicidad... que nos bastan cinco años para olvidar.
Paso todos los días por la estación de Atocha, junto a un monumento tan feo como el día que pretende recordar. Un día triste, un día horrible, tal vez no para mi, que por aquel entonces estaba a casi 500 km de distancia de la masacre, pero sí para demasiada gente, para una ciudad entera, que tuvo que soportar que unos desconocidos, aún sin identificar, decidiesen entorpecer el curso normal de la vida diaria de unas personas cuyo único crimen fue levantarse para ir a trabajar.

Cinco años son suficientes para olvidar.

El miedo que me da de todo esto es la asimetría. En cinco años nos hemos olvidado de que unos terroristas sin escrúpulos estuvieron a las puertas de nuestra casa decidiendo el destino de cada uno de los que nos levantamos a diario para intentar hacer de este mundo un lugar mejor. En cinco años hemos olvidado.
Sólo así puede interpretarse el absurdo anonimato con el que las instituciones oficiales, llámese Gobierno de España, Casa Real, Ayuntamiento de Madrid o similares, han decidido conmemorar el día más trágico de cuantos puedo recordar en mi vida.

Ya no importa recordar. Ha pasado el suficiente tiempo como para que una crisis económica nos haga preocuparnos de lo que un señor de más de cien años le puede aconsejar a un recién nacido.
Me preocupa la ligereza de quienes no son capaces de respetar la memoria de un día que, de uno u otro modo, nos hizo ver que el mundo es un lugar en el que hace falta algo más. Hace falta algo más que demagogia, palabrería y dinero. Vivimos en un mundo artificial, hecho de un material opaco, similar al del monumento en recuerdo a las víctimas de aquel maldito 11M.

No, ninguno somos lo suficientemente transparentes. El rechazo a la historia y la asimetría en su tratamiento no es más que una señal de vergüenza... simplemente en este caso se trata de rechazar un recuerdo horrible del que todos podríamos haber llegado a ser partícipes.

La estación de Atocha está demasiado cerca como para silenciar un escándalo como el que nuestros supuestos representantes nos han brindado hoy. 192 muertos son para el alcalde de Madrid un minuto de silencio. 192 muertos son para los representantes del PSOE en la Comunidad de Madrid un boicot a Esperanza Aguirre... y son un motivo de ausencia por parte de una cosa que se hace llamar Gobierno y otra que dice ser Oposición... ya no nos acordamos de aquellas horas de incertidumbre. Qué pronto olvidamos, qué gran capacidad de seguir adelante tenemos.

Por qué será que la gente se cansa de escuchar a los políticos por radio y televisión.

No sirve de nada esconder la cabeza debajo de la tierra. Nuestra historia personal está plagada de acontecimientos que en un momento dado desearíamos no haber vivido, en los que desearíamos habernos comportado de otro modo, no haber hecho daño... pero es nuestra historia. Y si no nos esforzamos por aprender, caeremos en los mismos errores, seguiremos enfrentados a nosotros mismos y jamás aceptaremos que, para destapar la felicidad, es preciso reconocer la pertinaz presencia del sufrimiento que es el que verdaderamente nos enseña a vivir.

Avergonzarse y ocultar los momentos duros sólo sirve para sembrar el campo y recoger nuevos tropezones en el futuro. Estamos en un momento en el que, más que nunca, la sociedad busca alguien a quien agarrarse, alguien en quien creer, en quien detectar un mínimo signo de valentía.

No lo hay. Preferimos despejar el balón, tirar millas... y olvidar. En lenguaje vulgar bien podría decirse que preferimos echar balones fuera... pedalea, que algo queda...

Hace cinco años, nos fuimos a la cama queriendo despertar 14 horas antes... por desgracia el mundo siguió girando. Lo que no sabíamos es que lo más triste estaba por llegar.

Hace cinco años, a escasos minutos de mi casa en Madrid, se perpetró un crimen que no debe ser olvidado.
Un país que olvida su historia, es un país que se avergüenza de sí mismo.

Madrid, 11 de marzo de 2009"

No debemos olvidar, y sin embargo, olvidamos cada día un poquito más...

3 comentarios:

  1. Creo que con esta carta nos identificamos muchos ciudadanos que ayer, nos avergonzamos de la actuación de aquellos que dan la cara ante el mundo por cada uno de nosotros, por los españoles.

    No recordamos, como creo que se debería, algo que ocurrió hace 5 años que nos dejó a todos perplejos,marcó nuestra historia, la historia de España y me atrevería a decir que la historia del mundo pero sí "peleamos" por algo que ocurrió hace más de 20 años, algo que utilizamos para tapar los problemas que realmente nos ocupan a día de hoy. ¿Qué sentido tiene remover guerras de hace tantos años?

    Buscamos culpables de muchos hechos, dolorosos para muchos y de victoria para otros tantos pero que, desde mi punto de vista, ahora ya, "ni nos vienen ni van", pero sí ignoramos bastante lo que ocurrió hace 5 años y aún marca nuestra sociedad, es triste, pero no nos quedó nada claro a los españoles quienés son los culpables del 11M y cómo lo están pagando.Habló del 11M pero para nuestra desgracia, no es el único día que recordamos por el terrorismo.

    También quiero decir, que todavía no entiendo muy bien qué se quería conseguir al boicotear un homenaje a esos 192 muertos, independientemente de quién lo organizara y de las investigaciones que se estén llevando a cabo. ¿Qué es que esos 192 muertos eran todos del PP? ¿Eran todos del PSOE? ¿Eran todos de IU?¿y si les daba igual la política?.

    Por favor, antes que ser de un partido u otro, eran personas y son personas todas aquellas víctimas que por suerte o desgracia aún viven y luchan para salir adelante, al igual que todos los familiares afectados. Ellos homenajearon a sus seres queridos como bien pudieron y quisieron, ese homenaje, sin duda, vale más que cualquier otro,. No nos olvidemos que cada día que sus seres queridos no han estado durante estos 5 años, han tenido que recordar el dolor del 11 de Marzo del 2004. Y continuarán durante el resto de sus vidas.


    Me pregunto tantas cosas, hay tanto que no entiendo.¿Por qué motivo, politizamos todo lo que nos rodea? ¿Por qué siempre buscamos "joder" al otro? ¿ Por qué tapamos una crisis que hace años se sabía que era inevitable? ¿Por qué...? ¿Por qué...?

    Ayer yo, a mi manera, hice mi propio homenaje y lo compartí con quien creo que lo podía haber valorado independientemente de sus ideas políticas.

    Me queda un mal sabor de boca cuando el titular del día es...
    "UN PAÍS QUE SE AVERGÜENZA DE SÍ MISMO"
    ..y encima es la realidad.

    Me explayé demasiado pero necesitaba soltarlo de alguna manera.

    Un saludo.

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  2. Quería expresar que esta carta me ha llegado adentro... mientras la iba leyendo iba reflexionando y sobre todo pensando... todo ello pone de manifiesto el nivel de nuestros políticos...

    Enhorabuena al autor de la carta, un blog muy interesante!

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  3. He estado viendo un poco tu blog y me resulta muy interesante, asi que, y esperando que no te importe, he puesto seguir tu blog!!

    Si quieres pasate por el mío

    Un saludo y enhorabuena

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