3 de noviembre de 2009

3001 (I)

Calcuta,

9 de agosto de 3001

Mi hijo llegó esta mañana de la escuela de Primer Grado. Creo que hoy tenía Historia Contemporánea –ya saben, la que los historiadores dicen que comenzó cuando descubrimos definitivamente que no estamos solos en el Cosmos-.

Venía un poco confuso. Este año en el nuevo Grado le están bombardeando con muchas cosas nuevas, y creo que le está costando asimilar los nuevos conceptos.

La historia de primer grado, la Historia Contemporánea, es ya muy densa; comienzan a explicar las relaciones que surgieron –lógicas, por otra parte- entre nosotros los terrícolas y los habitantes de la lejana –ahora ya no tanto- galaxia de Andrómeda. Los cambios geográficos de la Tierra para hacer frente a los nuevos tiempos; si bien hoy en día parece que todo eso se produjo de la noche a la mañana, como suele suceder con estas cosas todo se ve con la perspectiva de un larguísimo y emocionante milenio.

El otro día llegó a mis manos un libro la mar de curioso. “3001, Odisea final”, de un tal Arthur C. Clarke, un escritor al parecer muy antiguo, de finales del Segundo Milenio e inicios del Tercero. Me pareció muy interesante el desenlace a esa odisea espacial que, al parecer, él había expuesto en tres libros anteriores que, desgraciadamente, están fuera de registro; me queda un poco coja la historia por no conocer todos los detalles, pero creo que el escritor se esforzó en hacer un retrato de la sociedad humana de hoy en día –para él, del próximo milenio-; sus reflexiones sociológicas, entre otras cosas, tienen puntos sobre los que en su tiempo muchos hombres debieron reflexionar. Aunque se deje un aspecto de su tiempo, el que ha traído loco hoy a mi hijo.

- ¡Papá, hoy en Historia Contemporánea me han echado la bronca!

- Pero bueno, hijo, ¿por qué?

Mi pobre criatura, con sus nueve añitos recién cumplidos y ese carácter inconformista formándose en su espíritu, estaba que no podía ni respirar, no le salían las palabras. Resultó ser que la profesora le había hecho una pregunta.

En la escuela de primer grado acostumbran a enseñar con el método pregunta-respuesta. El profesor realiza una cuestión sobre la que los alumnos debaten y discuten un momento, hasta que se van acercando a la respuesta correcta con las pistas que les ofrece su mentor; al parecer, la pregunta del día en Historia Contemporánea fue sobre cuál fue la etapa de la Historia de la Humanidad en la cual el ser humano mostró su lado más perverso.

Continuará

1 comentario:

  1. Deduzco entonces que la Historia Moderna se ampliaría hasta nuestra actual Contemporánea, unificándolo de la forma en la que ya lo hacen los ingleses (que únicamente diferencian nuestra Edad Moderna como Early Modern History) u otras tendencias historiográficas. Y todo esto mola, pero te odio por hacerme pensar en historiografía, que mi quinto año de carrera es un 50 % historiografía.

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