15 de octubre de 2008

La escalera lunar

Antes, en El Blog del Aficionado... narraba los sucesos acontecidos durante "La Carrera Espacial", la peculiar competición que Estados Unidos y la Unión Soviética realizaron para romper fronteras y alcanzar el espacio. En capítulos anteriores describía la crisis del programa espacial ruso, los pasos más adelantados de la NASA, y cómo el programa espacial estadounidense consiguió, con la misión del Apolo 11, colocar en órbita lunar una nave tripulada; allí dentro iban Neil Armstrong, Buzz Aldrin (los primeros hombres en pisar la Luna) y Michael Collins.

Capítulo ocho: "Houston, el Águila ha alunizado"

Una vez que la nave completó trece órbitas (ni más ni menos) alrededor de la Luna, Neil Armstrong y Buzz Aldrin se dirigieron del módulo de mando al LEM. Michael Collins se quedó pilotando el Columbia, y en el momento en que el Apolo 11 estaba de nuevo en la cara oculta de la Luna, accionó el mecanismo de desconexión para que el Eagle comenzase a separarse de su compañero Columbia. Esta era la última parte crítica antes de que el Eagle posara sus patas sobre la superficie lunar: la maniobra de alunizaje.

Aldrin, piloto del Eagle, realizó un encendido de motor al 10% durante quince segundos, y después quince segundos más con el motor al 40% para que el Eagle comenzara una lenta caída hacia la superficie lunar. El lugar previsto para alunizar era el Mar de la Tranquilidad, que fue alcanzado unos cuantos minutos después de haber comenzado esta maniobra.

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En la imagen, el Águila se aleja del Columbia

Cuando el Eagle se encontraba a 15 km de la superficie, el control de misión en Houston indicó que todo estaba listo para realizar la maniobra de descenso final. Todos los sistemas funcionaban con normalidad, y Neil Armstrong se encargó de ir introduciendo los programas necesarios en el ordenador de a bordo, para que éste fuera trabajando adecuadamente y ofreciendo información útil, de manera que el Eagle realizara un aterrizaje satisfactorio. Por fin, una de las tres varillas sensoras que colgaban de las patas del LEM tocó el suelo, y el Eagle se posó suavemente sobre la Luna.

"Houston... aquí base tranquilidad. El Águila ha alunizado"

Había que realizar todos los chequeos correspondientes y Neil Armstrong y Buzz Aldrin debían efectuar todas las tareas que les habían encomendado, antes de realizar la Actividad Extra-Vehicular (en inglés y abreviadamente, EVA). Pero, de cualquier modo, el Apolo 11 había completado con éxito el viaje a la Luna; la loca carrera espacial llegaba pues a su fin como tal carrera, y los norteamericanos eran, al final, los que habían ganado.

Los soviéticos sólo consiguieron hacer llegar a la Luna una sonda no tripulada que alcanzó su objetivo (es decir, se estrelló, literalmente) cuando el Eagle y el Columbia se separaron; por esta razón Houston estuvo cerca de ordenar la cancelación de la maniobra de separación.

Cinco horas y media después del alunizaje, Armstrong y Aldrin se encontraban preparados para salir del LEM. El primero en salir fue Armstrong, que encendió su cámara de televisión mientras retransmitía las imágenes del histórico momento a todo el mundo. El comandante del Apolo 11 descendió la escalerilla del Eagle y cuando posó un pie sobre la Luna, dijo la frase que conoce todo el mundo

"Este es un pequeño paso para el hombre... y un salto gigantesco para la Humanidad"

clip_image006Eran las 21:56 de la noche del 20 de julio de 1969, hora de Houston. El hombre había alcanzado la Luna, y Estados Unidos había conseguido el objetivo que Kennedy le había propuesto a su país a principios de los años 60: un norteamericano pisaría la Luna y regresaría sano y salvo a la Tierra antes de finalizar la década (si bien es cierto que aún en aquel momento lo de regresar sano y salvo a la Tierra aún no había sucedido)

clip_image004Armstrong y Aldrin permanecieron durante varias horas sobre la superficie lunar, recogiendo muestras y acostumbrándose a caminar con la baja gravedad de la Luna. Además, atendieron una llamada personal del, por entonces, presidente de Estados Unidos Richard Nixon. Mientras tanto, Collins permaneció en órbita lunar a bordo del módulo de mando: observó en dos ocasiones la órbita de la sonda soviética Luna 15.

clip_image008Antes de regresar al LEM y abandonar la Luna, Armstrong y Aldrin colocaron una bandera norteamericana sobre la superficie lunar, dejaron un disco con los mensajes y saludos de todas las naciones del mundo, depositaron las medallas recibidas de las familias de Yuri Gagarin y Vladimir Komarov, y dejaron también las insignias de Grissom, Ed White y Roger Chafee, astronautas fallecidos en el incendio del Apolo 1; además, sellaron con un tampón el primer ejemplar del nuevo sello de correos de 10 centavos y recogieron 22kg de rocas lunares.

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El mensaje que contenía la placa que dejaron Armstrong y Aldrin era el siguiente:

Aquí los hombres del planeta Tierra pisaron por primera vez la Luna en julio de 1969 de la era cristiana. Venimos en paz, representando a toda la Humanidad.

El día 21 de julio, unas cuantas horas después de que Armstrong y Aldrin regresaran al LEM y durante las cuales aprovecharon para dormir, el Eagle comenzó su ascenso para reencontrarse con su compañero Columbia. Para realizar esta maniobra se empleó un módulo de ascenso que fue abandonado cuando la maniobra finalizó. El día 22 , después de que los astronautas trasladaran las muestras del Eagle al Columbia, el módulo lunar se separó finalmente del Columbia, y los astronautas realizaron una maniobra de inyección trans-tierra para situar su nave Columbia en una trayectoria de vuelta hacia la Tierra que duraría unas 60 horas.

Los héroes norteamericanos regresaban a casa. No obstante el Apolo 11 no pudo hacer la reentrada en el lugar previsto para ello, ya que Houston observó la posibilidad de temporal en la zona preparada para el amerizaje; por ello, el nuevo destino para el amerizaje fue una zona con tiempo estable, a 1500km de las islas Hawai.

Para la reentrada no eran necesarios motores de frenado, puesto que era (y es) el propio rozamiento el que se encarga de disminuir la velocidad de la cápsula desde los 40.000km hasta unos pocos cientos, de forma que puedan abrirse los paracaídas sin riesgo de rotura. En esta fase, la energía cinética es inmensa (adelante, físicos, ¡es vuestro momento de gloria para intervenir! Si no lo ha sido ya...) y se disipa en forma de calor haciendo que la cápsula alcance una temperatura elevada; esta temperatura tan alta forma una pantalla de aire ionizado que interrumpe de forma total las comunicaciones entre la nave y el control de misión durante un intervalo de tiempo.

Después de unos minutos sin comunicación, Houston recibió las primeras señales procedentes de la nave. Los primeros paracaídas se abrieron para estabilizar el descenso del Apolo 11, que se precipitaba sobre la atmósfera terrestre como un meteoro. Después se abrieron tres paracaídas piloto y posteriormente tres paracaídas principales.

La nave consiguió aterrizar el día 24 de julio de 1969, 8 días, 3 horas, 18 minutos y 35 segundos después de que el Saturno V abandonase la rampa de Cabo Kennedy. Dentro de ella iban los primeros hombres que habían pisado suelo en el Sistema Solar en un lugar distinto a la Tierra.

La tripulación del Apolo 11 fue recogida por soldados de la marina estadounidense, concretamente por la tripulación del veterano portaaviones de la Segunda Guerra Mundial USS Hornet (desde este portaaviones fueron lanzados los cazas B25; aviones que bombardearon el suelo japonés en el ataque Doolitlle, represalia de los norteamericanos tras el ataque japonés a Pearl Harbour en la Segunda Guerra Mundial).

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