22 de mayo de 2009

El relativismo europeo (I)

Lo de hoy es importante.

Leo en el editorial de Libertad Digital ("Unas elecciones de doberman") que el Grupo de Estudios Estratégicos ha publicado un informe en el que desgrana los problemas a los que se enfrentan las sociedades europeas en la actualidad.

“Europa debe escoger. Puede continuar instalada en el relativismo, en el todo vale […]”

Esta frase es lapidaria. A veces me da la sensación de que nos hemos convertido en criaturas que por disponer de –más o menos- todo cuanto necesitemos, creemos estar acertados al considerar todas las ideas, pensamientos y actitudes como aceptables. Todo es discutible, todo se puede someter a debate y todo se puede solucionar mediante el consenso.

“[…] Puede continuar poniendo una red de protección a todo tipo de conductas sin importar si son buenas o malas, fomentando una libertad sin su necesario complemento, la responsabilidad […]”

La ley del mínimo esfuerzo que se impone en las generaciones venideras –y ya nos lo decían a nosotros…- es realmente preocupante. No ya en cuanto a resultados –pues ayer en una conversación con un profesor afirmaba que éstos pueden seguir siendo buenos- sino más bien en lo que se refiere a la actitud ante la vida. Todo nos da igual porque lo tenemos todo a nuestro alcance, la valoración que hacemos de las cosas es mínima. Hablamos cada vez más de derechos y olvidamos nuestros deberes como ciudadanos. “Tengo derecho a…” sin su complementario “…debo hacer esto o lo otro”.

“[…] Puede enfrentarse con la intolerancia del islamismo que está incubando en sus fronteras, y que ya ha expresado su odio a Occidente y su intención de acabar con nuestras libertades en múltiples ocasiones, y no sólo con atentados […]”

¿Qué hacemos ante la amenaza del fundamentalismo islámico? Nos arrodillamos, nos ponemos a su nivel, y decimos: “está bien, os comprendemos”. Europa intenta interiorizar el fundamentalismo islámico; intenta comprender ese extremismo para no castigarlo duramente, que es lo que debería hacer.

Durante el enfrentamiento en Gaza no movimos un dedo por comprender la situación, nos quedamos en animaladas varias (“Si Hitler hubiera hecho bien su trabajo…”), y nos posicionamos a favor del pueblo cuyo extremismo nos amenaza. Tratándose de una guerra, que causó y causa muertes inocentes tanto judíos como palestinos,  se trata de una guerra condicionada por el terrorismo y los atentados suicidas, y con nuestra actitud, lo que hicimos fue elevar a la categoría de víctimas inocentes, entre muchos, a los terroristas.

Condenamos duramente la actitud de la Iglesia Católica y nos ofendemos cuando el Papa dice algo que se sale del guión; al otro lado del Mediterráneo hay líderes políticos y terroristas que día tras día reclaman sus derechos en tierras europeas, apedreando a mujeres y sometiendo a sus pueblos a gobiernos totalitaristas, y no decimos nada, permanecemos en esa posición de “vamos a intentar entender” porque interiorizamos esos derechos que reclaman.

“Sin embargo, este debate estará completamente ausente en la campaña”

Se acercan las elecciones europeas y en lugar de hablar de los problemas sociales de Europa, sacamos al doberman para ganarlas a cualquier precio. ¿Es posible que nuestro modelo social esté en riesgo de decadencia? El tiempo lo dirá.

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Y para otro día hablamos de Bibiana Aído y su “gran” trayectoria en el campo de la ciencia.

1 comentario:

  1. Estoy deseando hablar de la científica Aído xDDD

    Pues si, por supuesto que lo que en Europa y ya desde hace un tiempo lo que ha venido predominando ha sido un relativismo puro y duro... y como ya dije en otras ocasiones respecto por ejemplo a lo que dice el Papa responde a esa tendencia de anticatolicismo existente aunque algunos se nieguen a aceptarlo pero has puesto un ejemplo muy bueno respecto a eso.

    Un saludo

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