
Los jugadores se visten con las camisetas por las que van a salir a ganar. Unos, de verdinegro; otros, el bando que juega en casa, de blanco. El base bajito, el escolta de pelo revuelto, el ala-pívot con cuidada perilla, el base negro, el pívot internacional, el alero que se enfrenta a su ex-equipo... uno a uno, salen todos a la pista. El público enloquece cuando les ve y grita enfervorecido palabras de ánimo para dar alas a los blancos.
Focos. Cámaras. Balón al aire. Comienza el espectáculo, ¡esto es baloncesto!
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